Las playas de Melilla volvieron ayer a la normalidad después de estar casi 24 horas cerradas por el vertido que se produjo en la costa el pasado lunes. Desde que la Consejería de Medio Ambiente tuvo conocimiento de lo sucedido ese día por la tarde, las aguas de nuestras playas han estado sometidas a diversas analíticas que han confirmado que no existe contaminación por el vertido. La última realizada, a las 12.30 horas de ayer, también dio ese mismo resultado negativo, por lo que la comisión permanente organizada entre Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente tomó la determinación de reabrir las playas al no existir riesgos para los bañistas. La noticia del levantamiento de la prohibición de baño en la playa la daba ayer el Servicio de Socorro y Salvamento de las playas de Melilla sobre la una de la tarde, por lo que la bandera roja que había permanecido desde el día anterior en las playas de la Hípica, Los Cárabos y San Lorenzo se tornó verde.
Poco antes, el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, ya había informado de que se tomaría una decisión en torno a las 12.30 horas, una vez que se pudieran contrastar los últimos análisis realizados en el agua para comprobar si seguía habiendo rastro del vertido.
Quevedo dijo que “evidentemente” este vertido procede del vecino puerto marroquí de Beni-Enzar, situado al otro lado del dique que separa Melilla de Marruecos, aunque “no está perfectamente controlado” si se trata de un hidrocarburo, del carbón que almacenan en dicho puerto o “de algún pesquero que limpia sentinas al salir”.
El nuevo consejero de Medio Ambiente explicó que se investigará el origen del vertido mediante unas analíticas específicas que se realizarán en la península y que en Melilla no hay capacidad para hacer, que son las de hidrocarburos y otros productos, aunque éstas tardan varios días en dar sus resultados.
No obstante, Quevedo dijo que los análisis que ha hecho la Ciudad Autónoma puntualmente cada hora han dado resultado negativo de productos tóxicos o peligrosos, de ahí que se haya acordado reabrir las playas “para no perder varios días”, dado que las playas de Melilla están actualmente en temporada alta y son miles de bañistas los que se verían afectados.
En cualquier caso, de haber algún riesgo sería de “pequeñas urticarias o molestias en los ojos”, explicó el consejero, que dijo que su intención en estos primeros días desde que ha asumido el cargo será analizar la situación de las playas para ver si se puede mejorar en lo que queda de temporada de verano.
