Lo que resulta espeluznante son los métodos utilizados para llevar a su terreno a los futuros integrantes de Daesh. Ayer se hizo público que el arrestado almacenaba archivos multimedia de contenido yihadista y se los inculcaba a su hijo menor para familiarizarlo con las prácticas yihadistas y además le hacia vestirse de negro con un machete de grandes dimensiones para acostumbrarlo al uniforme que usan los combatientes del estado islámico. Una práctica muy alejada de los conceptos que imperan en los países civilizados.
De nuevo Melilla fue ayer sin pretenderlo el epicentro del huracán informativo tras la detención durante la madrugada del martes al miércoles del presunto yihadista, padre de familia de 29 años y domiciliado en Las Palmeras a cargo de un operativo compuesto, como adelantábamos en nuestra edición de ayer por agentes la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía en colaboración con la Dirección General de Vigilancia de Marruecos. La operación fue dirigida por el titular del Juzgado Central de Instrucción nº 1, Santiago Pedraz y coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Pero no se trata de un hecho ni mucho menos aislado porque al parecer existen pruebas más que suficientes de que la operación podría estar vinculada a las que tuvieron lugar en agosto y diciembre del pasado año en la ciudad vecina de Ceuta, en la Ciudad Condal y en Marruecos y que dieron como resultado la detención de una decena de personas y posteriormente la de una mujer en el municipio de Arrecife en Lanzarote. Prueba de ello son los archivos documentales encontrados en el registro domiciliario efectuado a raíz de la detención de ayer y que guardan coincidencias con los de las mujeres implicadas en operaciones realizadas con anterioridad. Se trata en algunos casos de grabaciones de voz similares a una especie de sermones de contenido doctrinal que contienen prohibiciones de establecer contactos con infieles y en los que se incita a desobedecer las leyes establecidas y a rechazar cualquier sistema de gobierno que no sea el impuesto por la organización terrorista Daesh.
También resulta posible que el detenido estaba relacionado con una organización que se dedicaba a recabar mujeres y facilitar sus desplazamientos a las zonas de conflicto para integrase en el Daesh. La detención, por tanto, del que pudiera ser uno de los máximos responsables de una red de captación de niñas y adolescentes para llevarlas a Irak y Sira y allí integrarlas en el autodenominado estado Islámico, coincide con el viaje a Melilla del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz que ayer intervino en los Cursos Internacionales de Verano Ciudad de Melilla desarrollando la charla “El estado frente al yihadismo”.
Cierto es que la eficacia de la vigilancia policial para evitar las posibles amenazas a la que todos estamos expuestos y en la que se incluye la comunidad internacional al completo frente el terrorismo yihadista, está dando evidentes y muy positivos resultados. En este sentido, el político recordó que a lo largo de 2015 se han detenido y puesto a disposición judicial 49 personas lo que certifica el trabajo que se realiza va por buenos cauces. Así en este caso y en base a las informaciones disponibles se pudo adelantar la operación al haber detectado la intención de huir del detenido.
Lo que resulta espeluznante son los métodos utilizados para llevar a su terreno a los futuros integrantes de Daesh. Ayer se hizo público que el arrestado almacenaba archivos multimedia de contenido yihadista y se los inculcaba a su hijo menor para familiarizarlo con las prácticas yihadistas y además le hacia vestirse de negro con un machete de grandes dimensiones para acostumbrarlo al uniforme que usan los combatientes del estado islámico. Una práctica muy alejada de los conceptos que imperan en los países civilizados.
Destacable y digna de elogio la estrecha colaboración con los servicios de vigilancia marroquíes que han permitido el éxito de la operación. Una colaboración que no solo se refiere a este ámbito, aunque sin duda alguna, es en el entorno del terrorismo donde más inciden los apoyos, información y contactos con los policías y autoridades del reino de Marruecos.
