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“La vida nos va poniendo obstáculos a todos, y éstos deben ir superándose en la medida de nuestras posibilidades”, dice el capitán Gras Baeza, Medalla de Oro de la Ciudad en 2011“

Capitán Gras: “Rendirme y limitarme a aceptar el pase a retiro no formaban parte de mis planes”

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"Rendirme y limitarme a aceptar el pase a retiro no formaban parte de mis planes. Afortunadamente, las fuerzas y la firmeza de ideas me acompañaron en todo momento". Son palabras del capitán Agustín Gras Baeza, el melillense que, tras perder una pierna en Afganistán, fue readmitido en el Ejército. MELILLA HOY ha tenido la oportunidad de hablar con Gras Baeza de sus recuerdos, de la lucha, del esfuerzo y de incluso de la posibilidad de formar parte de la Comandancia General de Melilla. No en vano, el capitán Gras Baeza dio en el Tercio Gran Capitán 1º de la Legión sus primeros pasos como militar profesional. MELILLA HOY: ¿Cómo recuerda el 18 de junio de 2011?
Gras Baeza: Comenzó como una patrulla más por la ruta Lithium. Nuestra misión era reconocer un tramo de la misma y establecer contacto con un Puesto de Control de la Policía Afgana. Cuando nos encontrábamos de regreso, mi vehículo LMV saltó repentinamente por los aires. En ese momento, todo se vuelve gris y discontinuo. Recuerdo las dificultades para mantenerme consciente y la angustia hasta que me confirmaron que toda mi tripulación seguía con vida. Realmente fueron momentos difíciles, pero, en cualquier caso, lo que hoy prevalece es un profundo sentimiento de orgullo y gratitud hacía el magnífico equipo que tuve el honor de mandar aquel día. Cada uno de ellos supo desempeñar sus cometidos a la perfección y, a pesar de la gravedad de las heridas sufridas, no hubo que lamentar víctimas mortales.

MH: Después de recibir la Medalla de Oro de la Ciudad, dijo que quería "seguir en el Ejército y estar al mando de una Unidad'. Deduzco por estas palabras que no se le pasó por la cabeza abandonar el Ejército tras el fatal accidente.

GB: Rendirme y limitarme a aceptar el pase a retiro no formaban parte de mis planes. Afortunadamente, las fuerzas y la firmeza de ideas me acompañaron en todo momento.

MH: ¿Qué sintió cuándo el Ministerio de Defensa cambió la normativa para mantener a sus "heridos próximos a sus compañeros"?
GB: Sentí que no podía desaprovechar esa oportunidad. También supuso un extra de motivación para seguir esforzándome en mi recuperación física.

MH: ¿Tiene la sensación de haber ayudado a otros militares?
GB: Tengo la sensación de que todo avance que se consiga por parte de un militar adscrito en especiales circunstancias, será positivo para todos los que se encuentran en esa situación. Supongo que en algunos aspectos me ha tocado abrir la brecha.

MH: En septiembre de 2012 volvió al Regimiento de Infantería Ligera Soria 9, con guarnición en Puerto del Rosario. ¿Cómo vivió ese día? Los diarios de la región dicen que fue un "día histórico" para el Regimiento.

GB: Personalmente pienso que realmente fue un "día histórico" para mí. Desde que resulté herido en junio del año anterior me había negado a venirme abajo. Creo que ese día obtuve mi recompensa.

MH: Ha llegado incluso a estar de nuevo en la misión militar de España en Afganistán… ¿Fue duro volver?
GB: Más bien al contrario. Lo realmente duro fue ver marchar a mis compañeros unos meses antes sin poder acompañarles. Reunirme finalmente con ellos y celebrar en ese país el cuarto aniversario del ataque fueron grandes satisfacciones.

MH: Cuéntenos cómo era el día a día del capitán Gras en Afganistán.

GB: Mis cometidos eran los de coordinador de intérpretes del Grupo Táctico de Protección de la Fuerza y ayudante del Oficial de Asuntos Públicos. También me esforzaba en no descuidar ni un solo día el entrenamiento físico. La Base de Apoyo Avanzado de Herat dispone de unas magníficas instalaciones para ello.

MH: La suya es, sin duda, una historia de superación…
GB: Yo me he limitado a ser consecuente con mis principios y con la profesión que elegí hace ya 14 años. A partir de ahí, la vida nos va poniendo obstáculos a todos, y éstos deben ir superándose en la medida de nuestras posibilidades.

MH: Usted es melillense, ¿le gustaría estar destinado en su ciudad en algún momento de su carrera militar?
GB: Sin duda, formar parte de la Comandancia General de Melilla sería una opción excelente. No sólo nací y me crié en esta ciudad, sino que en el Tercio Gran Capitán 1º de la Legión di mis primeros pasos como militar profesional.

MH: "Ahora mi lucha consiste en demostrar que sigo siendo útil para el servicio. Mi deseo es continuar trabajando por la seguridad de mi país y regresar a los puestos de mayor riesgo y fatiga. Mi cuerpo está mutilado, pero mi espíritu y mi vocación se encuentran intactos. La preparación de un oficial de infantería incluye formación física, táctica, técnica y moral. Considero que la amputación sólo me limita en la primera de ellas, al menos de momento". Es un fragmento de una carta escrita por usted en febrero de 2012 y recogida en el diario La Razón. Si tuviera la oportunidad, ¿qué escribiría ahora?
GB: Lo volvería a suscribir. Sigo trabajando para contribuir a la seguridad de mi país, entrenando para disminuir mi limitación física y deseando regresar a los puestos de mayor riesgo y fatiga.

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