“El político se convierte en estadista cuando empieza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones". Estas palabras las pronunció el gran estadista Winston Churchill, fue gracias en gran parte a él, que no se produjera una derrota de Inglaterra por parte de la Alemania nazi. Y es que efectivamente un político no debe centrarse sólo en sus deseos electorales o en su búsqueda del triunfo por el poder. Cuando sucede lo contrario se está abocando a un fracaso que puede tardar más o menos pero que acabará llegando, por seguro lo tengo.
Cuando hace alrededor de 4 años se celebraron las elecciones generales, probablemente más esperadas, el 20 de Noviembre el Partido Popular ganó las elecciones por mayoría absoluta (una de las mayores de la democracia con cerca de 11 millones de votos), aunque haya gente que le cueste reconocer esa mayoría. El nuevo presidente llegó armado de valor y sabiendo que no iba a tener una tarea nada fácil, pues el país estaba en una situación catastrófica, al borde de un agujero negro. Tuvieron que enarbolar una serie de políticas no muy populares, pero que eran para evitar no un mal menor sino la debacle histórica de nuestro país. La reforma laboral, reforma fiscal, los recortes que se hicieron en todos los ministerios y en muchos ámbitos. Pero vayamos uno a uno. La reforma laboral probablemente fue la decisión más acertada de este gobierno, cualquier novato en economía o persona con unos conocimientos básicos en esta materia deduciría que sin esta reforma nos encontraríamos en un paro que sería mucho mayor, en un gran cierre de empresas (pero no esas empresas que facturan miles de millones no son panaderías, cafeterías, talleres… En conclusión PYMES que son el motor de nuestra economía). La explicación es más fácil de lo que parece ya que los gastos de personal, son los mayores gastos de una empresa. Cuando una empresa empieza a ir mal, es decir empieza a dar pérdidas, hay que priorizar dos cosas que son: buscar el aumento de los ingresos y reducir los gastos. Muchas empresas disponen de una capacidad ociosa en cuanto a su personal es por esto que tienen que recurrir al despido de una parte de la plantilla principalmente para poder seguir subsistiendo y para que en vez de irse 20-50-100-200 familias se vayan a la calle por un cierre irreversible de una empresa pues se produzca un mal menor y sean menos personas las que pierdan su empleo. Comprensiblemente la reforma laboral lo único que hacía era facilitar el despedido para aquellas situaciones en las que no había otra escapatoria. Ninguna empresa despide a sus trabajadores por despedirlos porque todo aumento de beneficios se basa en una expansión y toda expansión económica se produce en una parte en gracias a un aumento de la eficiencia técnica y del número de trabajadores. Los recortes en sanidad y educación eran algo también sumamente esencial. Es cierto que pagan justos por pecadores pero en una sociedad se tiene que aplicar un criterio general. Además todo error conlleva una posterior responsabilidad sobre este. Algunas personas me dicen que son dos pilares que no se pueden tocar. A lo que yo les contesto hay un gran derroche y siempre lo ha habido por parte de las administraciones generales y locales y eso hay que paliarlo. Tanto en educación como en sanidad los ha habido y hay que acabar con ese gran derroche. Por supuesto que eso no quita que haya que dejar de cubrir las necesidades básicas de las personas que no tienen recursos para poder cubrírselas, pero no podemos decir que no podemos recortar cuando todos conocemos y somos participes de ese gran derroche. No porque estos servicios que se ofrecen en el Estado de Bienestar, sean gratuitos (indirectamente) conlleva a que tengamos que explotarlos al máximo y no querer reducir un gasto ineficiente. Uno de los principales principios de la economía es que las necesidades son ilimitadas y los recursos escasos. Nuestra sociedad no podría ser nada solidaria si utilizara el dinero de la sanidad y de la educación de mala gana mientras hay otras personas que realmente necesitan una gratuidad en esos servicios y en otros que son elevadamente costosos. Sería bastante hipócrita por nuestra parte querer ocultar esa realidad tan obvia como la vida misma. Más fácil sería seguir gastando y derrochando ese dinero que es de todos y seguir incrementando la deuda pública española.
El gobierno no ha sido perfecto, ha cometido errores, comete errores y los seguirá cometiendo. Pero estoy en la certeza de que los aciertos han sido mayores que los errores. Es cierto que se han dejado las políticas sociales al margen peor también, es cierto que hace cuatro años a los españoles solo le preocupaba lo económico, y le pese a quien le pese hace falta dinero en las arcas del estado para poder hacer políticas sociales. Desgraciadamente estas arcas estaban vacías, pero ya se empieza a ver una luz esperanzadora. Hemos pasado de ser la escoria de Europa a encabezar el crecimiento económico mundial, las políticas del gobierno están siendo elogiadas por muchos organismos internacionales de todos los ámbitos. No creo que sea por causalidad, porque los indicadores macroeconómicos están ahí es cierto que todavía no se está notando mucho en las economías familiares, en las empresas etc. pero muy probablemente el cambio cada vez está más cerca. No podemos echar por tierra todo el esfuerzo y el trabajo que tanto hemos empleado los españoles. Estamos en nuestro derecho de poder recriminar muchas cosas porque todavía queda por hacer mucho y rectificar errores.
Ahora es momento de pedir perdón por parte de quienes formamos el Partido Popular por los errores que hemos cometido, por la corrupción que existe dentro del partido, por no haber escuchado muchas veces al ciudadano de a pie de calle, y por no haber llegado muchas veces al pueblo. Y agradecer enormemente a los millones de españoles que día tras día no han tirado la toalla, a aquellas personas que siguen cumpliendo sus obligaciones, porque ha habido personas y familias que han estado al borde del abismo pero que a pesar de ello han aguantado y han sabido seguir adelante, dar las gracias por todos aquellos que se han sacrificado y que no sólo no llegaban a fin de mes sino que no llegan ni a la segunda semana del mes (que es la triste y cruda realidad). Gracias a todos y cada uno de ellos por seguir aguantando día tras día semana tras semana durante estos ya 7 años de crisis que llevamos, porque sin ese gran esfuerzo esto no hubiera sido posible. Porque el sacrificio de los españoles ha sido lo que realmente ha aguantado nuestro país y lo que está haciendo a este crece cada día más.
Pero también es momento de ya como español poder confiar de nuevo en este gobierno porque ha demostrado que todo esfuerzo está teniendo su recompensa, porque nadie iba a sacarnos de esta, porque se ha liderado una de las batallas más duras de nuestra historia pero estamos a punto de ganarla y porque no podemos permitir que vengan otros que quieran jugar con la poca esperanza del pueblo para traer miseria, pobreza y volver a la situación anterior. Tenemos la obligación de dar ese voto de confianza y luego podremos exigir y reprochar todo lo que queramos pero el futuro de este nuestro país, de este gran país, está en juego.
Mariano Rajoy tendrá muchos defectos pero ha sido la persona que ha encabezado este cambio y quien ha tenido la suficiente valentía para hacerlo. Quien ha tenido que aplicar esas medidas antisociales que tanto descontento popular han generado. Muy probablemente no sea un político muy carismático, ni que sepa llegar muy bien al pueblo. Pero ha demostrado una enorme entrega a España durante los cuatro años que lleva en el gobierno. Pocas personas lo recordarán por ser un gran político. Pero probablemente si por ser un gran estadista porque lo que más le ha preocupado y le preocupa es el futuro de este país y de las generaciones venideras. Nadie llega a la cima sin un trabajo duro.
