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Aunar fuerzas

Es vital aunar fuerzas para erradicar en lo posible este vandálico movimiento del yihadismo, sin duda alguna, la mayor amenaza del siglo XXI contra la libertad, la sensatez, la coherencia, la justicia y, en definitiva, contra la propia vida humana. La gran amenaza mundial que marcó gran inquietud durante la segunda mitad de pasado siglo XX fue la posibilidad de un enfrentamiento, en este caso nuclear, entre las dos grandes superpotencias como eran Estados Unidos y Rusia. Circulaba todo tipo de hipótesis sobre lo que ocurriría si uno de los máximos dirigentes de estos países pulsaba el famoso botón rojo, aunque no se sabe a ciencia cierta de qué color era el pulsador que accionaría las temidas bombas nucleares.

Pero con la llegada del nuevo milenio el eje de la tensión internacional ha abierto nuevos horizontes. La preocupación, sobre todo en los últimos años, se centra en torno a la organización terrorista DAESH, autoproclamado Estado Islámico, con sus bárbaras prácticas que, en ocasiones, dejan cortas incluso a las de la terrible Inquisición.

Ayer se hacía público el resultado de una operación policial conjunta hispano – marroquí cuyos resultados fueron catorce detenidos que formaban parte de una célula de captación y envío de combatientes a Siria e Irak.

Y aunque las trece detenciones en Marruecos se han realizado en Driouech, Alhoceima, Fez y Casablanca y la de España en la madrileña localidad de San Martín de la Vega, el Ministerio del Interior matizaba ayer que en el desarrollo de las investigaciones se ha podido saber que algunos miembros de la célula desmantelada, entre ellos el líder del grupo, mantenían con Melilla fuertes vínculos sociales y laborales. Y es que en la ciudad ya han sido varias las operaciones que se han llevado a cabo desde el año 2003 en barrios como la Cañada, Reina Regente, Cabrerizas o el Rastro, entre otros, con detenciones de personas relacionadas con el yihadismo, lo que indica la eficacia de las fuerzas de seguridad en torno a un problema para el que no dudan en colaborar las fuerzas policiales marroquíes, tal como reiteraba ayer el propio ministro del Interior español Jorge Fernández Díaz.

De ahí, la satisfacción que producía ayer la noticia de que la Guardia Civil iba a incrementar los efectivos, en las áreas donde son más necesarios, para combatir la inmigración irregular y el yihadismo. Y está claro que entre esos lugares se encuentran las fronteras de Ceuta y Melilla. Y es que es vital en todo el ámbito no solo occidental, sino incluso en el árabe, donde la brutalidad de los yihadistas se pone continuamente de manifiesto, aunar fuerzas para erradicar en lo posible este vandálico movimiento del yihadismo, sin duda alguna, la mayor amenaza del siglo XXI contra la libertad, la sensatez, la coherencia, la justicia y, lo que es aún peor, contra la propia vida humana.

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