Director: Fernando León de Aranoa. Intérpretes: Benicio del Toro, Tim Robbins, Olga Kurylenko, Mélanie Thierry
Fernando León de Aranoa nació en Madrid en mayo de 1968. Es licenciado en Ciencias de la Imagen por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó trabajando de guionista en series y programas de televisión ("Turno de oficio", "Un, dos, tres… responda otra vez") y escribiendo para humoristas como Martes y Trece. Su primer trabajo en dirección de cine fue el cortometraje "Sirenas" (1994), premiado en varios festivales nacionales.
En 1996 dirige su primer largometraje, "Familia", premiado con el Goya a la Mejor Dirección Novel y nominado en la categoría de Mejor Guión Original; Premio Fipresci y Premio del Público en la SEMINCI de Valladolid; la obra ha sido adaptada al teatro y representada en varios países. "Barrio" (1998), obtuvo el Goya a la Mejor Dirección y al Mejor Guión Original, Concha de Plata al Mejor Director en San Sebastián, y premios como el Fipresci, Fotogramas de Plata a la Mejor Película Española, José María Forqué, Sant Jordi y Turia, entre otros.
En 2002 dirigió "Los lunes al sol", la gran triunfadora en los Premios Goya de ese año al conseguir cinco galardones, incluyendo Mejor Película y Mejor Dirección, Concha de Oro a la Mejor Película en San Sebastián, premios Fipresci, Signis y Ondas. "Princesas" (2005), su debut en la producción tras crear su propia productora, Reposado, fue vista por más de un millón de espectadores y nominada a los Premios Goya como Mejor Película y Mejor Guión Original, recibiendo tres (a sus dos actrices protagonistas y a la mejor canción original, de Manu Chao); obtuvo el premio Ondas al acontecimiento cinematográfico del año y el premio Protagonistas a la mejor película, también participó en la sección oficial del Festival de cine independiente de Sundance. "Amador" (2010). Como documentalista, "Izbieglize" (Refugiados, 1995); "Caminantes" (2001), premiado en los festivales de La Habana, Los Ángeles, Nueva York y Alcalá de Henares; "Buenas noches, Ouma" (2007), segmento de la película colectiva "Invisibles", Goya al Mejor Documental, y el guión de "La espalda del mundo" (1999).
El trabajo de León de Aranoa no se limita al cine, también es dibujante e ilustrador, y autor de cuentos y narraciones breves. Ha publicado los libros "Contra la hipermetropía" (Debate, 2010) y "Aquí yacen dragones" (Seix Barral, 2013), por los que ha recibido en dos ocasiones el Premio Antonio Machado. Como docente, colabora habitualmente con el Instituto Sundance y con la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en talleres de guión y dirección. Aparte de los guiones de las películas que ha dirigido, ha escrito otros como los de "Fausto 5.0", "Imsomnio" y "Corazón loco".
Respecto a Un día perfecto, Fernando León de Aranoa nos dice: "Mi trabajo me ha dado varias veces la oportunidad de trabajar junto a trabajadores humanitarios en zonas de conflicto. La primera vez fue en febrero de 1995, en la guerra de Bosnia. Recorrimos el conflicto con dos cámaras de Betacam registrando su trabajo allí".
El argumento de Un día perfecto va sobre esta labor. Hace unos años, rodando un documental en el norte de Uganda junto a cooperantes de Médicos Sin Fronteras, León de Aranoa oyó hablar de la novela de Paula Farias (médico y coordinadora de emergencias para MSF y también escritora) "Dejarse llover". Lo leyó y quedó cautivado por la sencillez de su pretexto argumental y su profundidad, hablando de la crueldad de la guerra con sentido del humor y del absurdo. Confiesa: "Entre sus páginas, también entre mis propios recuerdos de aquel laberinto montañoso, balcánico e impenetrable que recorrí hace ya veinte años, he encontrado esta película". En la escritura del guión ha colaborado Diego Farias.
Los Balcanes, 1995. Un grupo de trabajadores humanitarios trata de sacar un cadáver de un pozo en una zona de conflicto armado. Alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. Dadas las circunstancias del enclave del suceso, cualquier tarea, por simple que sea, se convierte en una misión imposible. El mexicano Mambrú (Benicio del Toro) es el responsable del equipo de trabajadores humanitarios, el que mantiene el equilibrio del grupo. B (Tim Robbins), estadounidense, es un veterano encargado de la logística. La francesa Sophie (Mélanie Thierry) es la experta en potabilización. Katya (Olga Kurylenko), de origen ruso, es una mujer fuerte, afilada, inteligente, pero también herida. Damir (Fedja Stukan) un trabajador local, es el intérprete del grupo. Goyo (Sergi López), español, trata de coordinar en la base el trabajo de todos.
La rotura de la cuerda que sujeta el cadáver cuando intentan sacarlo del pozo, un problema en apariencia tan sencillo, da lugar a toda una odisea en busca de otra nueva. Mambrú y B, en sus coches, se ven obligados a ir i venir por las estrechas carreteras de la zona, como un laberinto, tratando de encontrar una salida a la absurda situación en que se encuentran. Para complicarlo todo un poco más, Mambrú se hace cargo de Nikola (Eldar Residovic), un niño de la localidad al que promete devolver el balón que ha perdido.
Al final, la madre naturaleza se encarga de solucionar lo que parecía imposible de conseguir. Un día perfecto fue seleccionada para participar en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes del presente año. En palabras de su director: "Esta película se ocupa de los que tienen a su cargo la difícil tarea de ordenar el caos, de encontrarle un sentido a lo que hace ya tiempo que lo perdió. Y relata su empeño en librar cada día una guerra dentro de otra guerra: contra la irracionalidad, contra el desánimo. Contra las ganas enormes de volver a casa. Trabajadores humanitarios ".
Poco más queda por añadir. Como es habitual en los guiones de León de Aranoa, el drama está trufado de humor como forma de distanciamiento; la historia es coral, cada personaje tiene la suya propia que se va desgranando y vamos conociendo según avanza la proyección, con toques de sorpresa, drama y humor casi a partes iguales.
Expresamente, León de Aranoa ha evitado mostrar los escenarios bélicos recurrentes, a él le interesa otra guerra: la guerra silenciosa, la que trasciende los frentes y los acuerdos de paz, la que perdura en la amenaza callada de las minas y los niños armados, en las cunetas de los controles militares, en el odio larvado de tus vecinos y en el inmenso miedo de las madres.
Un día perfecto habla de todo eso y, sobre todo, de los trabajadores humanitarios que libran a diario una guerra dentro de otra guerra, la de la voluntad frente al desánimo, la del sentido común frente a la irracionalidad y, sobre todo, la de la esperanza y el humor frente a la tragedia. León de Aranoa ha querido contar el trabajo de unos hombres y mujeres casi ignorados en las películas, porque su labor es callada. Normalmente, son personas discretas a quienes no les gusta dar publicidad de su trabajo porque lo hacen de corazón, porque sienten la necesidad de prestar ayuda a quien la necesite, no por el oropel de una recompensa.
Interesante película, muy bien acabada tanto térnica como artísticamente, que nos hace reflexionar sobre muchas cosas al mismo tiempo que nos entretiene.
