A medida que van pasando los días del terrible suceso, se van conociendo algunos detalles de un hecho cuya investigación está en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Según ha podido saber MELILLA HOY de fuentes policiales, el cadáver hallado la tarde del jueves en una cueva de la pared rocosa de la playa Horcas Coloradas 1, perteneciente a un varón sin identificar, está sin los testículos. Se señala que se desconoce si este hecho se ha producido como consecuencia de las llamas, que le han dejado también sin algunas de sus extremidades, tanto manos como pies, o si le fueron amputados por alguna otra persona. Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Melilla continuaron en el depósito legal situado en el Cementerio cristiano ayer sábado con la práctica de la autopsia, que iniciaron el viernes, para intentar determinar las causas del fallecimiento de la persona que fue hallada carbonizada en el interior de una cueva en la zona de Horcas Coloradas 1, la más cercana a La Alcazaba. Esta actuación médica se une a la realizada el viernes en el Hospital Comarcal, donde fueron trasladados los restos, para efectuarle radiografías, entre ellas la prueba oseométrica, para intentar averiguar la edad del muerto.
Este fue encontrado indocumentado y totalmente quemado, por lo que no se le han podido reconocer las facciones faciales, al estar carbonizado, e incluso haber perdido parte de las manos y los pies por el efecto de las llamas.
Extranjero
El último dato en conocerse es que también ha perdido los testículos, según apuntaron a MELILLA HOY fuentes policiales, si bien han señalado que podría haber sido como consecuencia del fuego o que alguien se los hubiera amputado. De ser esta última la razón, estaríamos ante un homicidio pero las causas de este suceso se desconocen y por el momento la Guardia Civil baraja todas las hipótesis, como admitió ayer el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani.
La identidad tampoco se conoce si bien se apunta que podría ser extranjero. El Barkani indica que podría ser una de las personas que merodeaba por la ciudad. Hay que recordar que en ese tipo de cueva suelen refugiarse tanto adultos como menores, principalmente magrebíes -marroquíes o argelinos-, que o bien se dedican a la delincuencia o aguardan una oportunidad para intentar colarse en los barcos de la Península como polizones.
