El Real Murcia ganó con justicia al Melilla por un claro 2-0, en un enfrentamiento en el que el equipo norteafricano se encontró con un gol en contra cuando no había pasado un minuto y vio trastocada toda su estrategia. Lo intentó y poco a poco fue cambiando el panorama, pero las pocas acciones no consiguieron materializarlas, mientras que los granas ataron el partido cuando a seis minutos del final conseguían hacer el segundo tanto. El Melilla controló, llevó el peso del partido, teniendo a David Sánchez como mariscal de campo, pero era poco el ocho azulino para hacerle daño al Murcia y el segundo acto pasó con más pena que gloria o como quería José Manuel Aira que pasase y como Fernando Currás había intentado que nunca ocurriese. Además, al final del partido, el desvanecimiento del Melilla le pudo costar dos tantos mas, pero apareció un seguro Dani Barrio para evitarlo.
Salió el Real Murcia como un tiro y a los seis segundos un disparo de Germán se marchó fuera, pero cuando solo habían trascurrido 58 segundos llegó el primer tanto del equipo pimentonero, tras un balón que Germán robó en la banda izquierda, ve el desmarque de ruptura de Sergio García y le pasó el balón para que el control de éste le dejara solo para encarar a Dani Barrio, al que batió por bajo.
Obligados a estirarse
El gol dibujaba un nuevo panorama, pues los discípulos de Fernando Currás tuvieron que estirar líneas y dejar de defender con cinco, teniendo a Diego Cascón como máximo estilete. El nueve de los melillenses se movía bien entre líneas, generando problemas entre Sobregrau y Satrústegui. Sufian dispararía alto en el minuto siete, en un balón que quedó en la frontal y que el medio del Melilla empalmó fuerte, pero el esférico cogió altura y salió alto.
El partido estaba para que pasase cualquier cosa, pues los visitantes habían perdido el respeto a la fuerza al Murcia al ir perdiendo, mientras que los granas querían nadar y guardar la ropa, y el juego se disputaba en el centro de campo, con muchas imprecisiones para poder llegar a las inmediaciones de las dos áreas.
Fases de aburrimiento
Por momentos, el partido, por lo poco que aportaban uno y otro conjunto, llegó a aburrir al respetable y optó por los cánticos que ya se han hecho ley en el estadio del Murcia: «Fuera Samper y fuera Tebas». Los minutos pasaban y el Melilla creía por momentos sobre todo en el control del balón, gracias al buen hacer de jugadores como David Sánchez y Sufian, que conseguían imponerse en la línea de medios y hacer llegar balones a sus delanteros que no tenían la suya en las acciones individuales y que se mostraban muy desacertados.
Oportunidad a balón parado
El equipo azulino llevó el miedo en el cuerpo a los aficionados en el minuto treinta y seis, con un balón de falta desde unos treinta metros que Richi ejecutó, sacando Fernando con apuros a córner en el segundo palo. Pero el Real Murcia apagó la rebelión del equipo de la Ciudad Autónoma con un segundo tanto, cuando en el minuto treinta y nueve un saque de esquina que lanzó Sergio García, desde la izquierda, lo cabeceó Germán a la red.
Los últimos minutos apenas dejaron nada digno de mención de dos equipos que querían llegar al vestuario, pues el calor comenzaba hacer mella. El conjunto que dirige Fernando Currás adelantó líneas en la reanudación y ejercía mas presión en la salida desde atrás.
El Real Murcia, más contemplativo y menos vivo, se dejaba dominar, propiciaba que los de Currás tuviesen el balón y que tuvieran que llevar el peso del partido. David Sánchez seguía siendo el motor con el que funcionaba el Melilla, pero éste cada vez daba más prestaciones y el Real Murcia dio un paso mas buscando el tercer tanto.
El Melilla claudica
La U.D. Melilla se fue del partido y ya solo con corazón quedó a merced de un Murcia que pudo conseguir por mediación de Isi algún tanto mas.
Sobre el tiempo reglamentario Plata, solo y sin oposición, cabeceó fuera un balón cuando ya se veía el gol y esa acción fue el fiel reflejo de un Melilla que no fue capaz de imponerse a su rival en ningún momento.
