Cristeto Alameda Segura nació en Melilla el 9 de octubre de 1994, hijo de un militar que estuvo destinado en oficinas de la Comandancia General con la graduación de teniente y capitán. A los 24 años, tras terminar su carrera de Medicina en la Universidad de Granada, se marchó de la ciudad por motivos profesionales. Sin embargo, nunca quiso perder el contacto a pesar de que en Melilla no había nadie ya de su familia. Así regresó en el año 78 y posteriormente en el 88 "y apenas vi cambio en la ciudad" pero ahora ha vuelto 25 años después de su última visita "y el cambio ha sido espectacular" porque "he visto una ciudad moderna, integradora y con unos encantos que nada tienen que envidiar a cualquier otra ciudad de España". Cristeto Alameda, de 70 años de edad, reside en la actualidad en Madrid aunque pasa largas temporadas en el piso que posee en Motril, junto con su mujer, sus cuatro hijos y ocho nietos. Estando en esta localidad granadina y al ver al "melillero" -como conocen en la Península al ferry de nuestra ciudad-, transmitió a su esposa su deseo de visitar la ciudad que le vio nacer. Así cogió un bolso y las cosas imprescindibles, tomó el ferry con su vehículo y se dirigió a Melilla.
Desde que llegó el sábado ha recorrido la ciudad y ha visto "el cambio espectacular que ha experimentado Melilla". Este médico odontólogo y especialista en cirugía maxilofacial ya retirado, que desarrolló su profesión tanto en el mundo privado como en el Ejército como funcionario del Ministerio de Defensa, dijo que las primeras veces que vino, en los años 78 primero y 88 después, "Melilla estaba igual, no vi cambio". Sin embargo, ahora que regresado 25 años después "Melilla está tan cambiada que es no la conozco". Así afirma que salvo la Avenida Juan Carlos I, donde se mantienen los edificios modernistas, el resto de la ciudad "ha experimentado una gran transformación". "Por ejemplo en el barrio de Real he reconocido solo la Iglesia de San Agustín y el Mercado, pero el resto es nuevo para mí porque en la calle Mar Chica recuerda que solo tenía una fachada y ahora está todo edificado".
Cristeto Alameda, que compartió en Granada piso con el Editor de MELILLA HOY Enrique Bohórquez en la época universitaria de ambos, ha podido reencontrarse con amigos y saborear los grandes atractivos gastronómicos que ofrece la ciudad.
El melillense, que estará aquí hasta el jueves, también ha destacado "la gran integración que he visto de la comunidad musulmana, mucho más de la que yo vi en la época en la que vivía aquí: antes se reía uno de la forma de hablar el español que tenían los rifeños pero ahora mismo no se puede distinguir un rifeño de uno que no lo es porque hablan el castellano perfectamente". Entre las cosas que más ilusión le ha hecho de su vista es volver a ver la casa donde vivió, en la calle Hermanos Cayuela, "aunque antes tenía una sola planta y un pequeño jardín desde donde veíamos la playa, y ahora se ha convertido en cuatro plantas y sin jardín tapado por los edificios de la calle Altos de la Vía".
“Quería volver a ver Melilla porque nunca se sabe qué le puede pasar a uno y no podía estar sin regresar a la ciudad que me vio nacer” apuntilló.
