La Guardia Civil celebró ayer en su Comandancia el acto central del Día del Pilar, una festividad en la que escenificó la respuesta a Europa por su actitud durante el “annus horribilis” que ha sufrido este Cuerpo con motivo de la crisis migratoria que se vivió en la valla de Melilla, y la reacción que están teniendo ahora los países europeos cuando viven este drama de cerca con los refugiados sirios. “Desde las poltronas de Europa y desde el desconocimiento del problema nos hostigaban con valoraciones y comentarios de despacho. Vemos que hoy son absolutamente incapaces”, lamentó el coronel jefe de la Guardia Civil de Melilla, Ambrosio Martín Villaseñor.
El máximo responsable de la Benemérita en Melilla se mostró muy contundente en su discurso, aunque quiso dejar claro que su plantilla no tiene “ningún reproche” hacia Europa. Más bien al contrario, ya que ofreció la “comprensión” de la Guardia Civil y “toda la ayuda que pueda aportar” la experiencia de este cuerpo de seguridad en materia migratoria.
En este sentido, recordó que el problema de la inmigración no es nuevo para el instituto armado, ya que Melilla lleva viviéndolo desde hace más de una década aunque haya sido ahora, tras afectar al “núcleo duro de Europa”, “cuando ha alcanzado el nivel de europroblema lo que antes era cosa de españoles e italianos”.
Ello, a pesar de que la Guardia Civil lleva “año tras año” advirtiendo de “la dimensión del problema”. Ayer, Martín Villaseñor volvió a reiterarlo y fue más allá incluso al asegurar que mientras todo el mundo está “ennortado” con la crisis de los refugiados, no hay que dejar de atender las otras vertientes de la inmigración. “La crisis de los refugiados sirios es la consecuencia dramática de un conflicto bélico, pero hay muchos más conflictos. El problema migratorio es mucho más que el drama de la guerra de Siria y sigue exactamente como y donde estaba antes, creciendo y reclamando solución”, aseveró.
“Nunca estuvimos solos”
Otro de los ejes del discurso que ofreció el coronel fue cuando se refirió al procedimiento judicial sobre la actuación de la Guardia Civil en la valla fronteriza. Un caso que mantuvo imputados durante meses a nueve agentes, entre ellos él mismo como responsable de las órdenes, y que fue archivado hace escasamente dos meses por el juez Emilio Lamo de Espinosa, que estaba precisamente entre las autoridades civiles y militares que acudieron ayer al acto.
“Nosotros, sin dejar de cumplir la Ley, hemos tenido que responder ante ella por nuestros actos”, dijo Ambrosio Martín Villaseñor, que si bien reconoció la “perplejidad” que causó todo este asunto en el Cuerpo, también recordó que “en todo Estado de Derecho, todos estamos sometidos al imperio de la Ley. Todos”.
Fueron, como relató, “momentos muy duros” para el Cuerpo, que tuvieron que superar “sin descomponer la figura, respirando hondo y sin responder a quienes desde su pequeñez se han servido hasta de la descalificación personal para faltarnos al respeto”. Y su plantilla pudo “mantener el rumbo” gracias a su fidelidad al juramento como guardias civiles y al respaldo recibido desde todas partes.
“Nunca estuvimos solos”, fue otra de las frases que dejó el discurso del coronel, en el que puso de manifiesto el apoyo de la cadena de mando y el apoyo “permanente y expreso” del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, “en ocasiones portador de palabras de ánimo del Rey y del presidente del Gobierno”.
A este respaldo, Martín Villaseñor sumó el que “jamás faltó” desde Melilla por parte de su presidente, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, así como amigos y familiares. También el de las redes sociales, que fueron “un clamor” a favor del instituto armado en los peores momentos como una muestra más de que la Guardia Civil se mantiene como la institución que más confianza genera entre los españoles.
El honor hay que ganárselo
El coronel incidió especialmente que “el principio básico” de la Guardia Civil es que “el honor ha de ser la principal divisa y no viene con el tricornio”. “Quien quiera honra que se la gane, y eso es lo que tratamos de hacer cada día los guardias civiles”, agregó el jefe de la Comandancia. Los que custodian las fronteras de Melilla “por tierra, mar y aire” también, porque “cumplieron bien y fielmente las órdenes que recibieron”.
Martín Villaseñor no se olvidó en su discurso del trabajo que realizan otras unidades de la Comandancia, y destacó especialmente el de la compañía fiscal, cuya labor es “especialmente satisfactoria” pese a que se trata de “un trabajo infatigable y de hormiga” para combatir el tráfico de drogas y de personas en los diferentes pasos fronterizos de Melilla.
Pero en general, quiso dejar claro que “nadie el mandato esquiva” en la Guardia Civil de Melilla, un cuerpo que interactúa con la Policía Nacional y Local y con otras unidades, organismos, instituciones y entidades para tratar de garantizar “casi mágicamente” la seguridad y libertad de nuestra ciudad.
Reconocimientos
Martín Villaseñor quiso dar las gracias a todos aquellos que colaboran con la Guardia Civil en la consecución de ese objetivo. También a los centros educativos y universitarios por contar con el Cuerpo, así como a los medios de comunicación y a quienes han “agasajado” a la Benemérita con premios y reconocimientos a lo largo del último año.
El coronel dedicó la parte más personal de su discurso al capítulo de agradecimientos, entre los que no faltaron sus familiares y amigos. Un momento emotivo para Martín Villaseñor, que ayer ofrecía su último discurso como jefe de la Comandancia de Melilla por su inminente jubilación.
También hubo mucha cercanía y simbolismo en el resto del acto central del Día del Pilar, que se adelantó tres días de su efemérides para evitar la coincidencia con los actos programados el lunes por la Fiesta Nacional.
Entre los condecorados ayer los voluntarios de la Cruz Roja que tantas veces han colaborado con la Guardia Civil para auxiliar a inmigrantes a pie de valla o en las fronteras marítimas. También hubo distinciones para premiar los méritos de varios guardias civiles, agentes de otros cuerpos, vigilantes de seguridad privada y la fiscal jefe de Melilla, así como homenajes para los veteranos y un recuerdo para los fallecidos.
