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La Ciudad confía que con los educadores de calle los MENAS vuelvan a Purísima

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El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, confirmó que ayer mismo comenzaron a trabajar los dos educadores de calle que se encargarán de conocer las condiciones de vida, historia personal y motivos por los que los entre 25 y 40 menores extranjeros no acompañados (MENAS) que malviven en la calle no quieren entrar en los centros de acogida. Se analizará también si, como apunta alguna ong los MENAS rechazan el acogimiento porque son maltratados. La intención del consejero es que el máximo de ellos pueda ocupar una de las plazas de Purísima y llevar una vida normalizada. Semanalmente los educadores detallarán la labor realizada. Anunció el consejero que la iniciativa que barajaba en agosto se ha convertido este 13 de octubre en una realidad. Dos educadores de calle han iniciado su trabajo con los menores extranjeros no acompañados que malviven en la calle. Este proyecto piloto se prolongará hasta el 31 de diciembre. La Consejería recibió ofertas de tres empresas: Clece, Eulen y Eventos Melilla, pero ha sido Clece la que ha presentado la propuesta económica más ventajosa: 13. 867 euros. Se ha contratado a dos educadores sociales, un hombre y una mujer, que además hablan árabe y tamazight.

MENAS
Los dos educadores, que su primera acción fue la de visitar ayer el centro de acogida de la Purísima para conocer su funcionamiento y la casuística de los menores acogidos, realizarán una intervención directa con los menores de la calle. Su contrato será de jornada completa, de lunes a sábado y en horario de mañana y tarde. Los dos se desplazarán a los lugares en los que se cobijan estos MENAS, así como a las puertas de los comercios y establecimientos de la ciudad a la que son asiduos para mendigar.
"Queremos conocer de primera mano cuáles son los objetivos de estos menores, las condiciones de vida en las que se encuentran, dónde viven, cómo viven, si están siendo acosados, maltratados o abusados de alguna forma por otros menores o adultos, conocer si tienen algún impedimento que no conocemos por el hecho de estar en un centro de protección como Purísima, etc." Se estudiará también qué hay de cierto en las aseveraciones de alguna ong local que afirma que los menores son maltratados en los centros de acogida y por eso se escapan.
"Si ese fuera el caso, la existencia de malos tratos, se investigaría, pero algunos menores suelen magnificar lo que cuentan o viven porque están asesorados o buscando algún beneficio personal", dijo. Pero si fuera ese el caso, los malos tratos, "sería inadmisible que un adulto que trabaja en un centro para dar protección, pegase a un niño, máxime teniendo en cuenta las historias que arrastran estos niños de la calle". Añadió que en cualquier caso, "la agresión no puede ser un método para hacer entrar en razón a nadie, y como no es pedagógico, no hay que pegar a los niños. Si eso ocurriera -reiteró- se pondría el caso en conocimiento de la fiscalía".

Objetivos
El fin que se persigue con este trabajo de campo, es "recuperar al mayor número posible de estos niños para que pasen a ocupar una plaza del centro de acogida". El 31 de diciembre finaliza este plan piloto y será el momento de evaluarlo. "Se mirará el impacto, si ha sido útil o no, y en el caso de que los objetivos se cumplan, el proyecto seguirá en marcha para seguir recuperando a los menores que con regularidad entran en la ciudad, pero si el impacto es mínimo, no se seguirá invirtiendo en el programa", aseveró.

Semanalmente los dos profesionales se reunirán con los responsables de la Dirección General del Menor y la Familia de la Consejería de Bienestar Social, para dar cuenta del trabajo que se está realizando. Cada uno de estos menores tendrá su propio expediente con su foto carné y toda la información posible sobre su pasado y presente. "En el caso de que los educadores se encuentren con menores que estén pasando alguna dificultad, como hay casos de niños drogodependientes que suelen consumir pegamento, se pondrá en conocimiento el caso de centros como el de Ayuda al Dependiente, Proyecto Hombre o la Consejería". También se actuará de forma inmediata si el joven precisa asistencia médica.

Estereotipos
Con este programa se busca, además de recuperar a los menores que viven en la calle, contribuir a erradicar el que "equivocada o injustamente, criminalicemos a los menores por ser extranjeros y no estar acompañados, y es que a veces creo que la información que se da de los MENAS no se corresponde con la realidad", dijo Daniel Ventura. Reconoció que hay menores "que cometen fechorías" pero que pueden ser tanto MENAS como de la propia ciudad. "Creo que a veces se habla injustamente de forma despectiva criminalizando a los MENAS, pero basta ver la prensa y comprobar que los sucesos que se publican la mayoría los cometen adultos".

Para contribuir a erradicar estereotipos, dijo que la Consejería va a apadrinar la exposición pictórica que se estrenará la próxima semana en el Club Marítimo y que incluirá trabajos confeccionados por uno menor extranjero no acompañado, un joven que ya ha cumplido 18 años y que ha permanecido varios años acogido en Purísima que es un artista. Será, sin duda, una imagen completamente diferente de la visión que se tiene de los MENAS.

El Centro Purísima, con más de 270 menores acogidos
Indicó el consejero Daniel Ventura que entre 25 y 40 son los menores extranjeros no acompañados que se calcula deambula por la calle, jóvenes que aunque son conducidos a Purísima por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, lo abandonan con rapidez. Como ejemplo señaló que la pasada semana se llegó a contabilizar a 275 acogidos y al día siguiente, en el recuento, la cifra se redujo a 250, con lo que unos 25 jóvenes habían salido para no volver. Sobre estos cuarenta menos aproximadamente que se estima viven en la calle, que son los que producen altas y bajas continuas en protección, es sobre los que se quiere actuar.

Cifras elevadas
Reconoció el consejero que el número de acogidos es muy elevado y que si la semana pasada se llegó a 275 en Purísima, durante la semana de feria se llegaron a superar los 300, cifra que suele decrecer al término de las fiestas patronales, "lo que es indicativo de que estos menores que no logran colarse en las atracciones y llegar a la Península, no se quedan en Melilla y vuelven a Marruecos". El 80% de los residentes, indicó, son de origen marroquí y una cifra muy baja de sirios, pendientes de prueba de ADN porque han sido reclamados por sus familias.

Para dar respuesta al importante número de acogidos, dijo que se ha aumentado la plantilla del centro en cinco trabajadores más. Actualmente el centro cuenta con 108 trabajadores, que en distintos turnos, se encargan de los cuatro módulos externos y el de primera acogida, así como los servicios de cocina o lavandería, sin contar con el servicio de vigilancia presta la empresa Eulen.

Recordó Daniel Ventura que una de las medidas que se pusieron en marcha para aumentar la seguridad del centro Purísima y evitar que los menores se escaparan poniendo en riesgo incluso su integridad física, fue elevar la altura de los muros perimetrales, al tiempo que se colocó una malla antitrepa y se reforzó la vigilancia. "Ahora estamos trabajando en un plan de seguridad den centro, en el que está bien especificada la labor que tiene cada trabajador, incluidos los vigilantes, que tienen órdenes específicas".

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Jesús Andújar

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