El Hospital del Rey acogió ayer el acto solemne del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (Icame) con motivo de su patrona, Santa Teresa de Jesús. En el evento, cinco abogados se incorporaron como colegiados al Icame y otros cuatro celebraron sus bodas de plata tras 25 años como colegiados del Icame. No faltaron los homenajes al decano honorario, Pedro Luis Oliva Cabanillas, y al exvicedecano, Sebastián Alcalá García. El decano del Colegio de Abogados, Blas Jesús Imbroda, reivindicó el «imprescindible» trabajo de ACNUR, a quien la institución ha entregado la Medalla de Oro del Icame.
El decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (Icame), Blas Jesús Imbroda, defendió el «imprescindible» trabajo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en un «momento histórico» en el que se están produciendo «desplazamientos masivos» de miles de personas. Así se mostró el decano durante su discurso en el acto solemne con el que los colegiados melillenses celebraban el 500 aniversario del nacimiento de la patrona de la abogacía, Santa Teresa de Jesús y en el que decidieron entregar la Medalla de Oro a la institución. «Nadie elige el lugar o la zona donde va a nacer y a nadie le preguntan» subrayó el decano. quien criticó la «denigración de los más mínimos derechos» de los refugiados en los países de origen y durante el camino hacia otros países. Imbroda recordó el riesgo que sufren los refugiados durante los desplazamientos con las «mafias, explotaciones y tratas de seres humanos».Todo ello, apuntó, «paradójicamente en el siglo XXI, el siglo del bienestar y del desarrollo tecnológico». De esta manera, el decano considera que esta situación «tiene que hacer reflexionar sobre qué debe ser posible un mundo mejor», en el que «la defensa de los derechos humanos, sea un principio que rija nuestras vidas». El letrado reivindicó el trabajo de ACNUR, mencionando a su representante en Melilla, María Vallés, no solo con el apoyo a los refugiados sino en «levantar la voz continuamente en la defensa» de este colectivo, con el fin de «mantener viva la conciencia de los ciudadanos». En esta línea, recordó el trabajo que los letrados realizan en el turno específico en la Oficina de Asilo, y alabó la creación de la misma en la frontera. Por último, el letrado lanzó un mensaje de apoyo a los miles de cristianos que viven en Siria e Irak y que son «terriblemente perseguidos» por los terroristas por el hecho de «profesar una religión que nació y se empezó a extender por aquellas tierras». «Adaptación» a la Oficina Judicial El decano también señaló las actuaciones realizadas por la institución colegial que han contado con la presencia de relevantes juristas, así como, de numerosas actividades de formación con el Consejo Consultivo de Andalucía, el Centro Asociado de la UNED, las diversas consejerías de la Ciudad Autónoma, así como la Comandancia General con quien desarrollaron el último curso sobre ciberdefensa. Continuando con el trabajo realizado por el centro, el decano apuntó la organización tecnológica llevada a cabo en el centro para «adaptarnos a las necesidades y realidades de la oficina judicial». De la misma manera, informó sobre el trabajo realizado con las facultades de Ciencias Sociales y de Derecho de la Universidad de Granada para instalar el Master de acceso a la Abogacía en Melilla. Defensa de la «dignidad» de las personas Imbroda animó a los cinco abogados que llevaron a cabo la jura como nuevos colegiados de la institución, a luchar porque la «dignidad de las personas esté amparada» con el ejercicio profesional cada día, así como, a ejercer bajo los «principios y valores que hacen grande a las personas». Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de «defender la presunción de inocencia y los derechos de las personas», ya que según señaló en palabras dirigidas a los nuevos letrados, «muchas personas honestas sufren injustas persecuciones», frente a los que «estamos los abogados para amparar a esas personas y conseguir que se haga justicia de verdad».
