El director general de Iberia, Ángel Mullor, manifestaba que no existían esperanzas de que pudieran abaratarse los precios de los pasajes en las líneas aéreas con Melilla. Además señalaba que el transporte aéreo con la ciudad y sus mejoras quedarían condicionadas a la rentabilidad de las líneas, sobre todo a partir de la próxima culminación del proceso privatizador del Grupo Iberia.
Melilla debía estar presente en la Exposición Universal de Hannover-2000, según el Gobierno local, por la potencial "repercusión turística", por "dignidad" y por "patriotismo".
Los empleados de la depuradora de aguas iniciaban una serie de protestas en demanda de mejoras salariales. La principal, una huelga secundada por el 100% de la plantilla.
