Hoy se conmemora, porque me parece que hoy no hay nada que celebrar, el día Mundial contra el Cáncer de Mama, esa enfermedad que afecta casi exclusivamente a la mujer, aunque en ese “casi” haya hombres que también la sufren, a veces de forma tan dramática y trágica como la mujer.
Es una jornada que sirve para visualizar su importancia, tanto cuantitativamente -cada año en España se diagnostican 25.000 casos, de los más de 63.000 que realmente existen según la AECC-, como cualitativamente por sus importantes secuelas físicas y psíquicas, y porque el 15% tendrán una evolución fatal. No voy a insistir más en describir esta cruel enfermedad pues lo hacen y muy bien personas más reputadas. Hoy quiero aprovechar la ocasión para hablar de esperanza y de futuro, que vienen de la mano de su prevención y su diagnóstico precoz, que es el mejor instrumento para prevenir los daños terribles que causa e, incluso, su mayor precocidad está en relación directa con su pronóstico vital y supervivencia. La prevención, especialmente en la mujer menopáusica, viene ligada a la practica regular de ejercicio físico, una dieta equilibrada y controles analíticos periódicos; el diagnóstico precoz se basa en concienciar a la mujer para que participe en las campañas de mamografías, debe ser labor de todos, y también de la propia mujer; si desgraciadamente la enfermedad aparece, no debe quedarse en la conciencia de la mujer, el no haber utilizado todos los recursos que la sociedad pone a su disposición. En Melilla aún estamos lejos de alcanzar datos esperanzadores en la campaña de detección precoz, a través de las mamografías seriadas realizadas a mujeres entre 45 y 69 años de edad que, con la puesta en práctica de la convocatoria desde su equipo básico de salud y más en concreto por su personal de enfermería, se ha incrementado en cinco puntos la participación, rozando ya el 30%; pero es claro que ello es insuficiente. Por ello, hoy se debe de hacer una llamada a la concienciación de la mujer, en especial de la mujer musulmana, y del esposo, hijos y familiares de esa mujer, que estando en riesgo, no participa en la campaña. Será una carga muy pesada para todos, si finalmente aparece la enfermedad, el haber dejado pasar una y otra vez la oportunidad de haber detectado a tiempo el cáncer, y con ello de tener una mayor esperanza de vencerla y vivir.