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El espacio de Aranda

Una opinión, que no réplica

melillahoy.cibeles.net fotos 1367 Juan Aranda web

Cuando uno alcanza la edad de jubilación y se retira, de momento, a su “cuartel de invierno”, cree que escribir cosas con medias verdades, es lo lícito en bien del partido en que milita; y no es así, más bien es lamentable. En este periódico leo: “….Nadie niega ya que aquélla terrible herencia que nos dejó Zapatero al borde del caos económico y financiero más grave de nuestra democracia se ha superado con el sacrificio y el esfuerzo de millones de familias de trabajadores y empresarios que hoy vislumbran un horizonte al menos más optimista y esperanzador…”.

Yo niego rotundamente lo que este señor dice sobre la herencia de Zapatero, que ahora, cercanas las Elecciones, para ver si cuela, todo el PP en pleno bombardean a mansalva. Aunque si hubiese completado su argumento, por ejemplo: Que Zapatero hizo las leyes de Dependencia, del Matrimonio Homosexual, el inició del Proceso de Paz con ETA, la Alianza de Civilizaciones, y algunos etcéteras más, que faltaría espacio en estas páginas para enumerarlos todos, hubiese quedado fetén. Pero lo más importante que nadie niega ya (sic), es lo que Zapatero llevó a cabo, que a muchas familias de soldados les llenó de esperanza y alegría, porque nada más tomar posesión de su cargo, se hizo de unas “pinzas quirúrgicas”, y sacó a nuestras tropas de Irak, tropas que Aznar, en las Azores, nos metió por su “amistad” con Busch, Blair, y Durao Barroso, (que no fue un trio, sino un cuarteto), mintiendo, al decir que había armas de destrucción masiva, cuando no existían. El mismo Aznar, gurú de FAES, amigo de Blesa, de Bárcenas, y de Rato, entre otras “alhajas peperas”; el que ahora sus amigos lo detestan porque ataca a dentelladas al que le salió “rana”: “Tancredo Rajoy”. Aznar, el que dijo en una ocasión que Felipe González había ido a Washington, y se había bajado los pantalones en la Casa Blanca, que el sevillano, que es un gran pugilista de la palabra, contestó que el del bigote se los subió en Barajas, un momento antes de bajar por las escalerillas del avión que lo trajo de allí. Después del desastre de Cuba, en septiembre de 1898, en el Congreso, el Conde de las Almenas, dijo: “Hay que arrancar de los pechos muchas cruces y subir muchos fajines desde la cintura al cuello”. Entonces, en medio de la escandalera, desde el banco azul, el Ministro de la Guerra, General Correa, le contestó: “Si el señor Conde de las Almenas tiene alguna faja, debe llevarla no al cuello como él pide para los demás, sino a su boca”. ¿No creen ustedes, que a veces es mejor estar calladitos?. Por otra parte yo siempre he pensado, que en Melilla, los columnistas-colaboradores, se dividen entre los que triunfan porque mucha gente se ve reflejada en ellos, y los fracasados, porque solo nos leen cuatro gatos y algunos, panza arriba, muertos de la risa.

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