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El rincón de Aranda

Cartas desde la Purísima Nº 5

melillahoy.cibeles.net fotos 1368 Juan Aranda web

De los héroes: Comandante, D. José Royo de Diego, y del Capitán, D. Enrique Guiloche Bonet, se ha escrito tanto, que bien merece, que ellos lo hagan desde el lugar, donde reposan desde el 18.07.1909. El que escribe es el Comandante Royo en nombre de los dos, y dice así: "Queridos melillenses: Tanto el Capitán, Guiloche, como yo, nos dirigimos a ustedes desde la fila 1, nº 2 y nº 3, en el Panteón de Margallo. Sabemos que muchos de ustedes saben de nosotros, por las calles rotuladas con nuestros nombres, que existen en el Barrio del Príncipe; pero deben saber que los dos pertenecíamos a la Comandancia de Artillería de Melilla. Enrique, era hijo del médico de Méntrida, un pueblecito toledano, donde nació el 8.05.1874. Ingresó en la Academia Militar de Toledo el 30.07.1892; y un año más tarde pasó a la de Artillería. Yo vine a la vida en Madrid, el 28.03.1860. Ingresé en la Academia de Segovia el 23.07.1879. A los dos nos mataron los moros, en Sidi Hamed el Hach. Era el 18.07.1909. Fíjense que ya hace más de un siglo. Habíamos combatido durante todo el día, y estando comiendo el rancho, nuestra batería fue asaltada por el enemigo, abriendo una brecha. Al darnos cuenta de la agresión, a voz en grito, le dije al Capitán Guiloche: "Enrique: ¡Hay que morir, que nos quitan las piezas!". Acto seguido, contestó: "Venga: vamos allá". Con nuestros revólveres en mano, fuimos directos a la batería, donde nos encontramos de cara con la muerte, junto a varios de nuestros soldados; después de haberles causado varias bajas a nuestros asaltantes. Tengo que decir que Guiloche, como impidiendo que se llevaran nuestro cañón de bronce, de 9 cm. nº 268, cayó con una herida en el pecho, abrazado a una rueda del mismo. A mí me encontraron, a varios metros de él, con cuatro balazos en el cuerpo, muriendo pocos minutos después. El Teniente Zabaleta, al comprobar que Guiloche había muerto, se dirigía así al Capitán Barbeta: "El Capitán Guiloche está muerto, pero se han salvado los cañones". A continuación, y gracias a una compañía del África 68, se salvó la situación. Los dos sentimos una profunda emoción, por el hecho de que el Comandante Perales y el Capitán Barbeta solicitaron, decididamente, nuestros puestos respectivos, que les fueron concedidos, ya que para ellos era un honor. Según nos comentaban los que fueron llegando años después, dijeron que ese cañón está expuesto en el Museo de Artillería, conservando aun las huellas de los disparos de los moros que nos asaltaron, cosa que nos ha llenado de un profundo orgullo a los dos. También nos sentimos muy felices, y un poco abrumados, al saber que a ambos nos concedieron la Cruz de la Orden de San Fernando, por el hecho de haber cumplido con nuestro deber de soldado, y de español. Sin otra cosa que comentarles nos despedimos con un fuerte abrazo desde este hermoso jardín de La Purísima".

Es mi más ferviente deseo, que cuando ustedes, queridos lectores, lean estas humildes líneas, "suplantando", con todo mi cariño, a nuestros héroes, recuerden que tanto el Comandante D. José Royo de Diego, y el Capitán D. Enrique Guiloche Bonet, el 22.04. 1910, ambos fueron condecorados con la Cruz de 1ª Clase, de la Orden de San Fernando. Y dirigiéndome a los quintacolumnistas, que juegan con dos barajas, por ese hecho tan heroico, y tantos como han acontecido en nuestra ciudad, desde hace más de cinco siglos, creo que debo decir, y lo digo a viva voz, como el Comandante Royo, se dirigió al Capitán Guiloche, hace ahora un siglo, entregando sus vidas por la Patria, y también porque me sale de mi bolsa escrotal: ¡¡La única lengua que existe en Melilla: es el Castellano!!, siendo extranjeros los demás idiomas y dialectos.

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