Los grandes servicios que ha dado en estos 25 años el Hospital Comarcal son un motivo más que suficiente para alzar las copas y brindar por esta instalación ligada a la historia reciente de Melilla, en una ciudad que, no obstante, pide a gritos un nuevo hospital
Con una cena anoche en el Complejo V Pino, a la que asistieron unas 300 personas, se puso el colofón a los actos conmemorativos del 25 aniversario del Hospital Comarcal. Un centro sanitario que sustituyó al antiguo Hospital de la Cruz Roja en el año 1990 y que ha hecho un gran servicio a la sociedad melillense, por donde han pasado miles de ciudadanos en este cuarto de siglo, para atender sus problemas de salud o el de sus familiares. También cientos de doctores, enfermeros, auxiliares, personal de administración y resto de trabajadores que conforman o han conformado parte de la historia de este hospital que, a pesar de las críticas que pueda recibir en la actualidad por el deterioro que ha sufrido como consecuencia del paso de los años, es indudable que ha sido crucial para la sanidad local.
Se desconoce cuál será su futuro cuando sea una realidad el nuevo Hospital Universitario que tantos contratiempos ha tenido desde el inicio de su construcción y que no ha podido aún ser finalizado por motivos distintos, dependiendo de quién se pronuncie, si el Gobierno o la oposición. Quizá se mantenga como segundo hospital de Melilla o que deje de existir y pase a realizar otra función. Ya habrá tiempo de pronunciarse sobre los efectos de una cosa u otra, pero de momento nos vamos a centrar en esta conmemoración del 25 aniversario. Tal como han subrayado las autoridades sanitarias, como el director general del INGESA, José Julián Díaz Melguizo, el director territorial del mismo organismo, Francisco Robles o el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, el Comarcal supuso un salto cuantitativo y cualitativo en la sanidad melillense, además de ser un centro que ha sabido evolucionar con los tiempos aumentando su cartera de servicios, ampliando la plantilla de profesionales y ser además un centro de formación de médicos residentes.
La programación de este cumpleaños ha incluido homenajes, conferencias, talleres sanitarios e incluso cursos escolares. Tal y como subrayaron los organizadores, no queda mucho de aquel Comarcal que abrió en 1990, por ejemplo en plantilla de profesionales, que ha aumentado sensiblemente con respecto a esos primeros compases de su historial. En este sentido, han destacado que las diferencias entre aquel centro y el actual están en el aumento de plantilla, el disponer de especialistas que no había y el que haya pasado a la consideración de hospital docente.
Motivos más que suficientes para alzar las copas y brindar por un Hospital Comarcal ligado a la historia reciente de Melilla, en una ciudad que, no obstante, pide a gritos un nuevo hospital y que acabe la paralización de la construcción del nuevo centro, algo que está previsto que pueda ocurrir a finales de este mismo año o principios del otro. Deseamos que así sea y podamos disfrutar en poco tiempo del centro sanitario que se precisan en estos tiempos, ya muy distintos de aquel 1990 en el que abrió sus puertas por primera vez el Hospital Comarcal.
