A la segunda fue la vencida. La primera intentona de quemar el coche de la esposa de nuestro Editor, Enrique Bohórquez, no la materializaron los terroristas por muy poco, durante la madrugada del pasado miércoles, un día después de que nuestro periódico publicara una entrevista con unos guardias civiles imputados en un presunto delito de tráfico de drogas, en la que lanzaron graves críticas a los procedimientos empleados por algunos miembros de la Policía Judicial mandados por “el capitán Sergio”. En la segunda intentona, en la madrugada del sábado pasadas las 2 horas, un grupo de terroristas logró quemar el coche, también en la puerta del domicilio del Editor, provocando un incendio de grandes dimensiones que, debido a la proximidad del coche a una hilera de viviendas y al hecho de que bajo la superficie en la que estaba aparcado se encuentra uno de los depósitos de combustible de la urbanización en la que nuestro Editor habita, no causó daños gravísimos en personas y edificios, hecho que no se produjo, también, debido a la rápida y eficaz gestión de los bomberos melillenses.
Se consumó así lo que una vecina del Editor, que aparca su coche habitualmente pegado al de la esposa de Enrique Bohórquez y que el sábado por la noche lo aparcó en otro sitio, definió como una quema "que toda la urbanización sabía que iba a ocurrir", una especie de muerte civil anunciada, más propia de una ciudad mafiosa o dominada por cárteles estilo mejicano que de una ciudad democrática y con dominio de la ley, como debería ser, aunque lo sea cada vez menos, Melilla
Tras la primera intentona terrorista, la esposa del Editor ya denunció en la Jefatura Superior de Policía los hechos y la Policía montó un dispositivo de vigilancia que el sábado fue burlado por los terroristas, aprovechando unos pequeños disturbios probablemente provocados para distraer la atención de los policías y que consiguieron dejar sin protección durante unos minutos el domicilio de la familia Bohórquez, minutos que fueron aprovechados por los delincuentes para consumar su delito.
Detener a terroristas e instigadores
El grave daño económico y moral ya está hecho, indica Enrique Bohórquez, pero la esperanza es que la Policía, que está trabajando intensamente para identificar y detener a los terroristas y a sus instigadores, obtenga rápidos resultados que permitan el castigo a los culpables y disipar esta sensación de inseguridad mafiosa que poco a poco se está apoderando de Melilla.Y lo que no van a conseguir, hagan lo que hagan y como indica Bohórquez en su Carta del Editor de hoy, es amedrentarnos ni terminar con nuestra libertad de expresión, bien al contrario, este tipo de actividades terroristas sólo sirven para animarnos a seguir luchando, aquí y en el resto de España, donde vamos a hacer conocer lo que está pasando en Melilla, para que nuestra ciudad mejore y este tipo de terrorismo ciudadano desaparezca, tras ser castigado como se merece y sean quienes sean los que recurran a estas tácticas mafiosas.
