El equipo melillense fue de más a menos, imponiéndose claramente en el primer cuarto. Sin embargo, los de Alcoba se vinieron abajo estrepitosamente en el tercer parcial, que fue un auténtico lastre. Bien en los tiros libres y en los triples, nuestro representante estuvo fallón en los tiros de dos puntos.
El Melilla Baloncesto no pudo sumar ayer un nuevo triunfo al caer derrotado en la cancha de un San Pablo Inmobiliaria que logra, con esta victoria, poner fin a su mala racha, justo en el momento en el que la duda parecía acomodarse en el interior del equipo burgalés.
Los de Alejandro Alcoba fueron de más a menos, cuajando una buena primera mitad, en la que siempre fueron por delante en el luminoso aunque, eso sí, sin acabar de sentirse cómodos y manteniendo su ventaja a base de triples, ante un Burgos que supo manejarse en el filo de la navaja en una primera parte muy exigente desde el punto de vista psicológico.
La dinámica del encuentro cambió por completo en el tercer cuarto, en el que el decano estuvo completamente perdido y los burgaleses se soltaron, firmando un parcial de 28-15 y pasando a dominar el electrónico. A partir de ahí los locales siempre mandaron en el marcador e incluso, a falta de 1’30” para el final, vencían por ocho puntos (78-70), pero acabaron sufriendo en una recta final de partido de infarto. Al término, sin embargo, los de Alcoba no pudieron culminar la remontada.
Y eso que el Melilla Baloncesto asumió su condición de favorito en el inicio. Le vino muy bien al conjunto de casa la aparición en escena de Peciukevicius y la presencia de Toncinic bajo los aros para contrarrestar el acierto exterior del rival.
El lituano fue más agresivo ante el aro y permitió al San Pablo Inmobiliaria ganar revoluciones. Y es que los castellano-leoneses deben mostrar una versión súper en las dos zonas para tener la ansiada continuidad. El esfuerzo es generoso, pero el bloque de ‘El Plantío’ todavía ofrece lagunas de concentración y de coordinación de movimientos.
Los melillenses jugaron a lo suyo, como si supiera que a la larga tenía las de ganar. El decano se limitó a seguir el planteamiento, consciente de sus puntos fuertes y de la importancia de aprovechar los errores no forzados del rival. La presencia de Hernández-Sonseca liberaba a los exteriores visitantes, quienes se mostraron letales desde la línea de tres puntos. Demasiado castigo para un San Pablo Inmobiliaria que se asomó en varias ocasiones al precipicio, pero que tuvo la capacidad de reconducir a tiempo la situación.
La igualdad inicial (13-13) dio paso a las primeras ventajas importantes de los de Alcoba. Con muy poco el Melilla Baloncesto salía con puntos de cada incursión en la zona burgalesa. Tras el primer aviso (13-18) los ayer blancos se estiraron hasta el 17-24.
Había riesgo de ruptura, pero el San Pablo Inmobiliaria supo agarrarse a la pista con la segunda unidad. Vega, más o menos acertado, se echó el equipo a sus espaldas en los peores momentos y los de Casadevall encontraron el premio a su constancia cuando más lo necesitaba. El 24-33 ahogaba a los castellanos, empeñados en remar en el tramo final de la primera parte ayudados por su buen hacer en retaguardia.
La defensa, ese debe ser el principal arma del equipo de Burgos. Puede que no tenga grandes especialistas, pero el esfuerzo colectivo debe ser máximo. Y anoche encontró el premio. Primero alcanzó el intermedio con una desventaja asumible (36-40) para lanzarse en un apoteósico tercer cuarto.
Defender y correr, defender y correr. Baloncesto sencillo y, a la vez, tan complicado de plasmar. Más aún adornado con acierto. Por un momento, los locales fueron un torbellino. Las manos rápidas y la presión sobre la línea de pase cegaron a un decano que sobrevivió a base de un bombardeo terrible desde el triple. Los visitantes sólo sumaban de tres en tres, argumento suficiente para mantenerse a flote desde que los de casa se pusieron por delante con el 46-44, liderados por Toncinic y Peciukevicius.
Era su momento y debía estirarlo al máximo. La diferencia se asentó en un espléndido final de cuarto y las penetraciones de Maresch culminaron la faena. Sin embargo, el 64-55 no era definitivo con diez minutos por disputarse. El decano recuperó sensaciones con dos nuevos aciertos de Manzano desde el arco y el atasco en estático volvió a castigar a los de Casadevall.
El desenlace no fue fluido, pero sí intenso. Aguantaron los locales como pudieron. Los tiros libres, una agonía durante el encuentro, fue el mejor aliado en los últimos minutos junto con dos triples claves de Maresch y Peciukevicius. El 78-70 parecía definitivo a 1’30”, pero los errores propios y un arbitraje de locos dieron vida a la contienda hasta su conclusión, aunque ya no hubo remontada (85-81).
SAN PABLO I. BURGOS: Augustas Peciukevicius (17), Anton Maresch (20), Justas Sinica (6), Roger Fornas (2), Filip Toncinic (17) -cinco inicial-, Matija Poscic (2), Rafa Huertas, Roger Vilanova (2), Javi Vega (11) y Edu Martínez (8).
MELILLA BALONCESTO: Josep Franch (1), Pablo Almazán (19), Asier Zengotitabengoa (3), Brandon Edwards (7), Edu Hernández-Sonseca (12) -cinco inicial-, Pelayo Larraona (3), Edu Gatell (5), Eloy Almazán, Marcos Suka (15) y Héctor Manzano (16).
