Continuando con el ciclo de actividades culturales programadas la Asociación de Estudios Melillenses, convocó a sus asociados y simpatizantes en la mañana del domingo día 8 de noviembre en el cementerio de la Purísima Concepción. Más de cincuenta personas (cincuenta y cinco para ser exactos) se dieron cita en la primera glorieta que hay a la entrada, con el fin de participar en un recorrido histórico por tumbas y panteones de la mano de los investigadores locales Eduardo Sar Quintas e Isabel Mª Migallón Aguilar, según informó ayer el presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, Benito Gallardo. A las doce en punto, comenzaron a ilustrar a los asistentes con datos sobre los lugares de enterramiento que había en Melilla anteriores a la Purísima Concepción, indicando que el camposanto fue inaugurado el 1 de enero de 1892.
Se habló de las acciones del que fuera conserje Francisco Escaño Mérida, enterrado en el primer patio, quien se ofreciera voluntario para custodiar las herramientas y el material en tanto se llevaba a cabo las obras de edificación del nuevo cementerio en la zona conocida como Rambla del Agua.
En estos primeros patios también están las tumbas de la Compañía de Mar, Eduardo Morales Durillo, los hermanos Segura Lacomba y Cabañas Montero, soldado Fernando Bueno Espinosa, Cándido Lobera, así como las de los antiguos comandantes generales y la de Elvira Duarte Oteiza, quien fuera esposa de Manuel Fernández Silvestre. Antes de pasar al Panteón de Margallo, han visitado también en parcela nº 3 las del laureado José Joaquín Accame Romero y Sor Alegría de Jesús. En esta última han rendido homenaje a todos los religiosos de Melilla: Hermanas del Buen Consejo, Hijas de la Caridad y los Hermanos de la Doctrina Cristiana por su gran labor durante las Campañas Militares en los hospitales de la Ciudad.
En varios grupos y tras una breve introducción fueron accediendo al interior de la cripta del Panteón de Víctimas de la Campaña de 1893, más conocido por "Margallo". En ella además de poder ver la remodelación a la que se ha sometido por parte del Cuerpo de Ingenieros, los asistentes han tenido la oportunidad de conocer algunos datos sobre los personajes que en dicho lugar están enterrados: el capitán Lasaleta, muerto en 1848; teniente García Cabrelles, comisario Valero y el propio general Margallo fallecidos en 1893. De la Campaña de 1909: comandante Royo, capitán Guiloche, teniente Muñoz León, teniente de los Reyes, general Pintos, etc. Sin olvidar a todos los fallecidos en dicha contienda que están enterrados en el pequeño osario del BARRANCO DEL LOBO.
Continuando con esta ruta histórica en la Galería Nueva se encuentra el nicho del que fuera brigadier, Manuel Villacampa del Castillo, fallecido en Melilla el 12 de febrero de 1889 y cuyos restos no pudieron ser trasladados a la Península a pesar de las continuas peticiones de su hija Emilia, por la negativa de algunos miembros del gobierno de entonces por el temor que les producía el recuerdo de este militar y el miedo a lo que esto pudiera suponer para los republicanos.
En esta misma galería hay muchas de las lápidas que se trajeron desde el antiguo cementerio de San Carlos que aun hoy cubren los nichos de algunas de las familias más antiguas de Melilla.
A las puertas del Panteón de Héroes, bajo la atenta mirada de la Diosa Nilké, y antes de comenzar la explicación de cómo surge la idea de erigir este colosal monumento funerario, se ha tenido un especial recuerdo para el arquitecto Enrique Nieto y Nieto y para el gran historiador Constantino Domínguez Sánchez.
Regresando al mausoleo, hemos tenido la oportunidad de saber que la primera piedra la puso el rey Alfonso XIII durante su segunda visita a Melilla, el 7 de enero de 1911 acompañado de un importante sequito de ministros y autoridades civiles y militares. También el hecho de que este año se esté celebrando el centenario de la bendición del mismo, circunstancia que tuvo lugar el 8 de enero de 1915 y que la Comandancia General de Melilla ha conmemorado con una serie de actos, siendo el principal de ellos el homenaje a todos los fallecidos en la mañana del día 5 de junio.
Se ha dedicado algunos minutos a informar sobre la Losa de Monte Arruit, su historia y cómo ha llegado hasta su actual emplazamiento. Ya dentro se han podido conocer una serie de datos sobre la construcción así como de las historias y hechos de armas de algunos de los que allí están enterrados. Datos aportados por familiares, otros rescatados de la prensa del momento, etc. Todo ello seguido con gran interés por parte de los asistentes.
Desde el Panteón de Héroes todo el grupo se trasladó a las tumbas de tres hombres de mar, para conocer la hazaña de los marineros del Cañonero General Concha, fallecidos en 1913.
Dando un gran salto en el tiempo y frente al nicho del que fuera comandante general de Melilla aquel fatídico 17 de julio de 1936, Manuel Romerales Quintero, ambos investigadores han comentado datos sobre su trayectoria militar y cómo fueron sus últimos momentos antes de ser fusilado.
En el tramo final se ha visitado el nicho del misionero burgalés Bienvenido Pampliega Tovar, por quien la gente de Melilla siente una especial devoción.
Se ha finalizado en la tumba que puede ser considerada más emblemática y también la más visitada, la de Benito López Franco, el "Soldado de los Milagros".
