El impacto humano a lo largo de estas últimas décadas ha pasado a ser 70 veces mayor de lo que fue a principios del siglo pasado. Y ello no es de extrañar ya que hoy en día se produce en una semana más de lo que se producía a principios de siglo a lo largo de un año. Esta tendencia corre fácil riesgo de multiplicarse por dos y hasta por tres en este siglo XXI. Por otra parte, para el año 2020 se estima un aumento de por lo menos 20% de la población mundial (75% de la cual vivirá para entonces en urbes), mientras seguramente disminuirá por lo menos en un 25% la disponibilidad de productos de la pesca, con 20% menos de tierras cultivables, 110% menos pastos y 15% menos bosques.
De todas las amenazas, sin embargo, la actualmente más grave es el efecto invernadero. , actualmente "redescubierto" por algunos deseosos de renombre. Ese fenómeno se debe actualmente, sobre todo, a la emisión de más de 3.000 megatoneladas métricas anuales de C02 con el consiguiente incremento del 0.5% de la concentración del mismo en la atmósfera, lo cual excede ya la capacidad de absorción para mantener un equilibrio global, peligro que ya anunció Arrhenius a princ1p1os del siglo pasado!!! Hoy por hoy son los EEUU el primer emisor. Probablemente muy pronto lo sobrepasará China. Todo esto parece estar modificando seriamente el gradiente de temperatura en la atmósfera y en los océanos, con un cambio profundo de las corrientes oceánicas y el aumento del nivel de las aguas debido a la fusión de los casquetes polares. Las graves consecuencias de todo ello para la agricultura mundial afectarán también a la futura seguridad alimentaria internacional, junto con otros muy diversos efectos negativos para diversos sectores empresariales.
Por lo tanto, la contaminación y el deterioro en marcha se asemejan a un cáncer que se extiende en nuestro planeta, con grave peligro de iniciar una verdadera "metástasis". La pregunta que muchos se hacen es ¿dentro de cuánto tiempo? De hecho, empieza a generalizarse la conciencia de que no sólo la Naturaleza está amenazada: La propia Humanidad está amenazada.
Sin embargo, desarrollo sostenible no sólo implica una llamada a la responsabilidad en materia de protección ambiental sino también un nuevo concepto y modelo de crecimiento económico que provea justicia y oportunidades para todos, ricos y desheredados, sin seguir destruyendo los recursos finitos y no renovables del mundo ni poner en entredicho la capacidad de sostenimiento del planeta. No obstante, para llevar a efecto a efecto ese planteamiento ha faltado y sigue faltando la adecuada voluntad política para su puesta en práctica así como las indispensables políticas concomitantes sobre los correspondientes aspectos sociales, culturales, éticos y de gobierno que den el debido sentido al indispensable simultáneo desarrollo humano y social.
Por otra parte, las ofertas actuales de las empresas están demasiado limitadas a dar respuesta a la demanda de los más acomodados, cuando no se limitan simplemente al mercado del lujo y derroche, sin replantearse posibles ofertas de productos y servicios más asequibles a ese inmenso y creciente colectivo de los menos favorecidos, buena parte del cual lucha tan sólo por sobrevivir. Revolucionar la teoría y la práctica tanto de la demanda junto a la de la oferta es, en consecuencia, uno de los grandes desafíos positivos de futuro frente a la tradicional práctica de promover simplemente el crecimiento de la oferta.
Todos estos replanteamientos significan un desafío cultural a nuestras aspiraciones y a nuestra ignorancia, así como un desafío moral a nuestros egoísmos para tratar de reparar el daño ya hecho entre todos.
