Uno de los puntos en los que se ha reforzado la seguridad tras los atentados de París ha sido la frontera con Marruecos. Ayer, muchos de los que pasaron al país vecino para pasar el domingo sufrieron en forma de espera ese incremento del control de seguridad, ya que se registraron grandes retenciones y “colas kilométricas” desde primera hora de la tarde para regresar a Melilla. Según aseguró a MELILLA HOY el secretario general de la Comisión Islámica de Melilla (CIM), Samir Mohamed Tieb, sobre las cuatro de la tarde la cola de vehículos llegaba a la altura del puerto de Beni-Enzar, la práctica totalidad de familias melillenses que habían decidido pasar el domingo en el país vecino. Sin embargo, al regresar a su ciudad “se han visto atrapados en la frontera” porque había cientos de coches parados debido a los registros de la Guardia Civil.
Mohamed Tieb afirmó que en ese momento había sólo tres carriles en funcionamiento, aunque uno de ellos ocupado con maquinaria y los perros del Servicio Cinológico de la Guardia Civil. “Con cada coche tardaban entre 10 y 15 minutos, hay gente que lleva en la frontera entre dos horas y media y tres horas para regresar a sus casas”, denunció el responsable de la CIM, que criticó de forma contundente estos registros porque “estaba claro que eran familias con niños pequeños, que fueron tratadas como terroristas o peor”. A su juicio, “si había alguien sospechoso deberían haberlo registrado aparte” en vez de controlar a todo el mundo por igual, y si eso no era posible, incrementar los efectivos en la frontera para poder abrir todos los carriles.
El secretario general de la CIM enfocó sus críticas a los agentes que estaban de servicio en el paso fronterizo de Beni-Enzar y, sobre todo, a las autoridades responsables, principalmente el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani. “¿Dónde están los 50 guardias civiles con los que se iba a reforzar la frontera? Esto en vez de una frontera inteligente parece una frontera burra”, aseguró Mohamed Tieb, que responsabilizó a El Barkani de la “humillación y vejación” con la que a su juicio fueron tratadas ayer las familias que pretendían pasar a Melilla.
Registros de bolsos y mochilas
Ya por la noche, sobre las 21.00 horas, las retenciones seguían, aunque según algunos usuarios de la frontera, no eran tantas como a primera hora de la tarde porque se había abierto un cuarto carril. Según relataron a este Periódico, los controles fueron similares a los dos otros domingos, día en que el tránsito es mayor que entresemana. Sí había, sin embargo, diferencias respecto a otros días antes de los atentados, ya que los agentes preguntaban a los usuarios de la frontera sobre su documentación o miraban el contenido de mochilas y bolsos, “aunque vieran que eran estudiantes”.
