El esfuerzo constante ha permitido que ahora Melilla saque músculo deportivo y se le haya reconocido con un galardón que es para presumir como mérito de toda una ciudad. Un premio que llega además en un momento muy oportuno después de meses en primera plana con motivo de los saltos masivos a la valla El Parlamento Europeo ha hecho mención esta semana a Melilla, y no por asuntos relacionados con la inmigración clandestina o el terrorismo yihadista, dos problemas que han mantenido a nuestra ciudad por desgracia en el punto de mira del resto de Europa. Esta mención ha sido en realidad para otorgar a Melilla el galardón de Ciudad Europea del Deporte 2016, un honor que ostenta junto a dieciocho ciudades más del Viejo Continente. El consejero del área, Antonio Miranda, junto al consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González, han viajado a Bruselas para recoger un galardón que Melilla ha ganado por méritos propios después de haber apostado de manera decidida por el deporte como un estilo de vida.
Imbroda destacaba días atrás la importancia de este premio por la imagen amable que proyecta al resto del mundo ser Ciudad Europea del Deporte. No le falta razón. El deporte es fuente de vida, salud y positividad. A buen seguro Melilla es de los territorios que más deportistas tienen de manera proporcional a la población, no hay más que verlo en el éxito de participación cada una de las pruebas que se organizan y en el día a día en nuestras calles. Hace unos años no se veía a tanta gente practicando deporte en Melilla.
A ello ha ayudado también, sin duda, el hecho de que en los últimos tiempos se hayan abierto tantas instalaciones deportivas. Hace dos o tres décadas, los niños y jóvenes que en Melilla querían practicar deporte tenían que hacerlo entre piedras, literalmente. Hoy, quienes quieren hacer deporte tienen multitud de pabellones disponibles, que se unen a otros campos e incluso los patios cubiertos de centros educativos, que también han proliferado de a un tiempo a esta parte. Siendo Melilla una ciudad tan pequeña y con recursos limitados, es digno de alabanza esta apuesta por el deporte, que también se traduce en ayudas a clubes que compiten en categorías nacionales para promocionar la imagen de nuestra ciudad allá donde vayan a jugar, sea la disciplina deportiva que sea.
Está claro que el esfuerzo constante ha permitido que ahora Melilla saque músculo deportivo y se le haya reconocido con un galardón que es para presumir como mérito de toda una ciudad. Un premio que llega además en un momento muy oportuno después de meses en primera plana con motivo de los saltos masivos a la valla y toda la polémica que le rodea, lo que irremediablemente ha dañado nuestra imagen en el exterior.
