La única encuesta válida realmente es la que surgirá la noche del 20 de diciembre, cuando el Ministerio del Interior dé a conocer los resultados oficiales
Los ocho partidos que concurren por Melilla a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre pueden pedir el voto desde las 00.00 horas del viernes 4 de diciembre, después de la tradicional pegada de carteles que tuvo lugar la pasada noche, con la presencia prácticamente de todos los partidos, a excepción del desconocido 'Recortes Cero-Grupo Verde'.
Así, en mayor o en menor medida, los distintos partidos pusieron en escena su potencial en cuanto a afiliados y simpatizantes, de manera especial el PP con un eufórico Juan José Imbroda, que aupado a hombros, tras una mañana disfrutando del apoyo del presidente del Gobierno Mariano Rajoy, ondeó las banderas de España y Melilla. El resto de formaciones también tuvieron su protagonismo como PSOE, Ciudadanos, Podemos, UPyD, Izquierda Unida y hasta el Partido Animalista-PACMA, que puso un par de carteles en su espacio en la Plaza de España aunque a prácticamente todos los medios no les dio tiempo siquiera hablar con sus candidatos, que al igual que 'Recortes Cero-Grupo Verde', no han sido aún presentados a la opinión pública.
Un arranque de la campaña electoral que coincidió con la publicación de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la intención de voto para dichos comicios.
En el caso de Melilla, no hay sorpresa, porque vuelve a pronosticar una nueva victoria del PP, como viene ocurriendo desde 1996 de forma ininterrumpida, en esta ocasión con la terna de candidatos que conforman María del Carmen Dueñas al Congreso de los Diputados y Juan José Imbroda y Sofía Acedo al Senado. Es a nivel nacional, donde los datos son más reveladores de la incertidumbre que se ciernen sobre estas elecciones, las más abiertas de la historia democrática española. Porque a la hegemonía de los dos grandes partidos tradicionales, como son PP y PSOE, se le podrían sumar también dos formaciones emergentes, como Ciudadanos y Podemos. Así los resultados de dicho sondeo señalan que el PP volvería a ganar las generales, con una horquilla de diputados de 120-128, lejos de la mayoría absoluta aunque muy por encima de sus principales seguidores, como PSOE que se hundiría hasta los 77-89, muy seguido de cerca por C's con 63-66 y algo más distanciado Podemos con 45-49. Un panorama que se convierte en más incierto aún si tenemos en cuenta que cerca del 40 por ciento de los encuestados que afirman que van a votar, han respondido que aún no tienen decidido a qué formación dar su apoyo. Es decir 4 de cada 10 españoles están aún indecisos, una cifra muy alta que refleja que esos resultados que da el CIS pueden variar aún mucho por lo que esos datos son muy provisionales. Y es que, como ocurre siempre que hay unas votaciones, la única encuesta válida realmente es la que surgirá la noche del 20 de diciembre, cuando el Ministerio del Interior dé a conocer los resultados. Ahí sabremos si el PP gana, por cuánto lo hace, si el bipartidismo ha terminado, si las formaciones emergentes logran entrar con tanta fuerza en el Parlamento español, y otras respuestas más a unas citas que se presentan claves para continuar con la recuperación económica de un país que estuvo en 2011 al bordo del rescate, tras el desastre del Gobierno de Zapatero, y que en la actualidad, con el Ejecutivo de Rajoy, crece el doble de lo que lo hace la economía europea. Una mejoría económica que se nota sobre todo en la macroeconomía pero que poco a poco se van percibiendo también en la pequeña economía, en aquella que afecta al ciudadano de pie, a ese que está parado o tiene algún familiar en el paro. El objetivo del PP, si repite en la Moncloa, es crear dos millones de puestos de trabajo en cuatro años, un objetivo ambicioso pero que de conseguirse, supondría la salida definitiva de la crisis y, lo que es también muy importante, ya se notaría en la calle, en los ciudadanos de a pie, sobre todo en aquellos que sufren una de las mayores desgracias que puede tener una persona: querer trabajar y no encontrar un empleo.
