“Basta ya con lo que está pasando en la U.D. Melilla”. Así titulamos nuestro editorial deportivo de este lunes día 7 de diciembre. Tras el 5-0 de Jaén y otra pésima imagen, debe ser el momento de poner fin a las contemplaciones y a tanta mano tibia con el decano del deporte melillense.
El club que preside Cristóbal Sánchez ha tocado fondo con lo sucedido en el campo de La Victoria, con una goleada de escándalo y haciendo el ridículo. Lo que mal empieza mal acaba y ese parece ser este el destino de un Melilla que da pena un domingo sí y otro también.
El 5-0 es el reflejo de una pésima planificación en todos los aspectos. No hay nadie que ponga orden en este club. El pasado lunes decíamos que el barco navegaba a la deriva, pero siete días después nos atrevemos a decir que parece hasta hundido, máxime porque en este club nadie toma medidas y no le duele lo que pase con su equipo. La pasividad es absoluta en todos los órdenes.
La directiva debe salir al paso y comenzar a tomar decisiones drásticas, como así lo afirmó el entrenador Fernando Currás a la conclusión de la chirigota de encuentro de Jaén. No hubo ayer domingo aficionado que no sintiera vergüenza de su equipo y eso no se puede consentir por más tiempo. El club debe actuar de inmediato, de lo contrario el decano del Grupo IV de la Segunda División B marcha directo a Tercera División o hacia la desaparición. Esa es la realidad porque nadie confía en que el equipo siga en la categoría que tanto trabajo costó conseguir al término de la temporada 1986-87.
Qué diría Paco López (q.p.e.d.), el presidente del ascenso. Seguro que ya habría tomado medidas urgentes hace mucho tiempo con lo que está pasando. Pero hay otra voz autorizada para hablar sobre lo que está ocurriendo en el entorno del club. Ese no es otro que el capitán del plantel que logró el ascenso a Segunda División B, Totó, ex futbolista del F.C. Barcelona. Ayer mismo se pronunciaba en su cuenta de Facebook y era claro y tajante: "Si se cargan el fútbol esto va a tener nombres y apellidos. Yo seré uno de los que lo recuerde porque soy muy pesado, os lo aseguro. Este equipo nos costó muchísimo trabajo ascenderlo, con sangre, sudor y lágrimas, además de muchas penurias por esos campos de Dios. No estoy dispuesto a que lo tiren por la borda como si fuera una cucaracha, así que agárrense los machos y si tenéis que dimitir hacerlo ya y dejad que otros que sepan intenten sacar adelante a nuestra U.D. Melilla. VÁYANSE, OS LO PIDO POR MELILLA".
Clarísimo el mensaje del gran capitán, como el de muchos aficionados melillenses muy preocupados por la situación de su equipo. Todavía hay tiempo, pero no mucho para intentar reflotar una nave que está casi hundida. El mensaje es urgente, de SOS.
