El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla afirmaba que había comprobado que la inmensa mayoría de empadronamientos de marroquíes realizados en los últimos meses al amparo de la anterior reforma de la Ley de Extranjería, eran irregulares y no válidos. En total, se concretaban en 300 los empadronamientos que habían sido anulados por el gobierno tras su registro el verano de aquel año.
Una exaltación de la Infantería por parte del comandante general Francisco Díez ponía punto y final a los actos en honor de la patrona del arma, la Inmaculada Concepción. Con motivo de la festividad, fuerzas regulares y del Tercio protagonizaban el desfile.
Badr denunciaban que 100 inmigrantes recién llegados vivían a la intemperie por la saturación del CETI.
