El ex senador marroquí Yahya Yahya ha explicado las razones que le llevaron a crear el autodenominado ‘Comité de Liberación de Ceuta y Melilla’. Unas situaciones que considera humillantes, como el trato que dice recibió de las fuerzas de seguridad tras un incidente en su vivienda, la no renovación de su Tarjeta de Residencia a pesar de haber nacido en Melilla y un problema surgido con Hacienda por la venta de una de sus viviendas. Pero una vez pasado el tiempo, ha señalado que su único deseo ahora es vivir en paz consigo mismo y con los demás. Yahya ha manifestado que “quien me hizo algún mal lo perdono, y a quien o quienes les hice mal, les pido perdón”. El ex político también destacado que “Melilla es de los melillenses” y que si defendió las tesis del comité, fue para cumplir con una de las normas sagradas de la Constitución de Marruecos. Yahya Yahya ha indicado en primer lugar el episodio que sufrió en su hogar, donde señala que recibió una cuchillada de ocho centímetros, según el médico del Hospital Comarcal de Melilla que le atendió, que necesitó cuatro puntos de sutura. Una cuchillada que recibió de "un ser querido" y que no quiso denunciar "por amor" para así evitar que fuera juzgada y condenada esa persona, a la que ha achacado motivaciones relacionadas con sus celos porque asegura que no era la primera vez que le agredía de ese modo con un cuchillo. "Me vi obligado a dar un puñetazo a la policía para que se centraran en mi y olvidaran el origen de mi apuñalamiento" ha asegurado. A raíz de este episodio, "pasé de víctima de una puñalada a acusado de malos tratos".
Ese día, además, asegura haber recibido golpes después de que seis agentes irrumpieran en su casa, que le provocarían un desprendimiento de retina. "El doctor Aberchán vio las gravísimas heridas cuando estaba de urgencias en el Hospital Comarcal y me dijo que el ojo estaba muy grave" señala. Ello le motivo sendas operaciones, una en una clínica privada de Melilla de la calle Ramírez de Arellano y otra en Rabat. "Hay vecinos que observaron desde el balcón como recibí patadas en la cabeza, una de las cuales impactó en el ojo" añadió. Sin embargo, asevera que solicitó el parte de lesiones en el hospital "y nunca me lo concedieron".
Asimismo, apunta que también fue tratado mal con las esposas en la cama del hospital, porque los grilletes le apretaban mientras era custodiado por un policía y que al llamar a la enfermera para ser atendido de los dolores, asevera que le amenazaron: "Cállate, si no te aprieto más las esposas". Cuando se encontraba sujeto a la cama del hospital con los grilletes "era el dolor, que las otras heridas no me dolían, ni siquiera la del pinchazo ni la del ojo". En este sentido preguntó "¿cómo una persona que sufrió una puñalada de ocho centímetros; un desprendimiento de retina y heridas en las muñecas por los grilletes se le puede acusar de malos tratos?".
Sin renovación de la tarjeta
Por otro lado, Yahya apuntó como otra de las causas que le llevaron a crear el Comité de Liberación el hecho de que la Delegación del Gobierno le denegara la renovación de su Tarjeta de Residencia en Melilla a pesar de haber nacido en la ciudad y poseer pasaporte holandés.
El senador también ha subrayado el hecho de que Hacienda le impidiera la venta de una de sus viviendas, acusándole de alzamiento de bienes a pesar de explicarles el origen de su dinero como empresario en Marruecos.
Yahya Yahya ha indicado que fue a Hacienda y allí explicó que compró el apartamento con dinero proveniente de sus empresas en Marruecos y para demostrarlo, enseñó la declaración de la renta, pero asevera que le impusieron una multa de unos 200.000 euros. "No me quisieron escuchar cuando les dije que existe entre España y Marruecos un tratado de la no doble imposición de impuestos" ha resaltado.
Cuando vendió su apartamento, señala que le condenaron a tres años y medio de prisión por venderla, al acusarlo de "alzamiento de bienes", un delito ya prescrito.
En cambio, asegura que sí pagó una sanción de 107.000 euros por la vivienda que tenía a nombre de su ex esposa en Melilla "para que no tuviera problemas aunque yo considerara que esta sanción era injusta".
Con todos estos hechos sobre la mesa, Yahya hizo una comparación con un personaje histórico y ha indicado que "el pueblo que olvida su pasado, está condenado a revivirlo", una frase en alusión a "la situación que vivió el líder rifeño Abdelkrim Khatabi, el cual fue siempre un fiel colaborador de España, hasta que lo humillaron y lo encarcelaron y después ocurrió lo que todos sabemos".
"Melilla, de los melillenses"
Sobre su postura sobre Ceuta y Melilla, Yahya Yahya ha señalado que con su elección como senador, tenía la obligación de defender la Constitución de Marruecos. "Sus tres pilares son Dios -la religión musulmana-, la Patria -integridad territorial que incluye el Sahara, Ceuta y Melilla- y el Rey -la Monarquía Alauí-". En este sentido, ha subrayado que se trata de una obligación que tiene que cumplir todo político marroquí.
Al mismo tiempo, ha asegurado que "hubieron personas a mi alrededor que se aprovecharon de mí" y ha admitido que "sí que es cierto que algunos cercanos a mí hicieron actos delictivos, pero sin mi consentimiento. Luego di de comer a él y a su familia durante un año y medio, y después me traicionó. Que Dios se lo pague".
"No viviré en Melilla"
Por otro lado, Yahya Yahya ha advertido que "no viviré en Melilla aunque esta ciudad siempre estará en mi corazón porque fue el lugar donde nací y tuve muchos amigos". "Ahora estoy entre Los Ángeles (EEUU) y Rabat, he rehecho mi vida, soy feliz y quien me hizo algún mal lo perdono, y a quien o quienes les hice mal, les pido perdón".
El ex senador ha destacado asimismo que "no pienso denunciar a nadie, sólo pienso en vivir en paz conmigo mismo y con los demás".
Por último, ha querido dejar claro que "Melilla sólo pertenece a los melillenses". "Deseo a todos los melillenses unas felices fiestas y un próspero año nuevo, lleno de salud, prosperidad y paz" concluyó Yahya Yahya.
