El fuerte despliegue policial ha tenido por tanto efectos positivos porque la noche, salvo las típicas complicaciones de una jornada como la del 31, no pasó de ahí. No obstante, la preocupación mayor es saber si realmente un menor desaparició en el mar porque, en ese caso, estaríamos ante una tragedia Melilla ha recibido 2016 con fiestas y celebraciones, tanto en hogares como en los distintos festejos que tuvieron lugar en bares, restaurantes, hoteles y locales de ocio de la ciudad, en los que se produjeron incidentes propios de estas fechas, donde la ingesta de alcohol es abundante en muchos casos. También ha podido ocurrir una desgracia si se confirmaran los peores presagios sobre un menor supuestamente desaparecido en el mar cuando intentaba colarse junto con otro chaval en el barco y que las fuerzas de seguridad no encuentran. Se barajan todas las posibilidades, desde que pudo finalmente acceder al barco, como salir por sus propios medios del agua y, la más desgraciada, la de su posible muerte.
Además de este último suceso, la Nochevieja de Melilla no pudo escaparse de algunas riñas -aunque menos que otros años-, intentos de robo, accidentes de tráfico, comas etílicos, intentos de colarse en el barco de menores… pero afortunadamente ninguna desgracia mayor que lamentar si finalmente se encuentra vivo el aspirante a polizón, en una jornada en la que medio mundo estaba en alerta para evitar atentados terroristas, que sin embargo no tuvieron lugar. El fuerte despliegue policial ha tenido por tanto efectos positivos porque la noche, salvo las típicas complicaciones de una jornada como la del 31, no pasó de ahí.
En la valla y frontera también estaban en alerta por la presencia de cientos de subsaharianos en los alrededores de Melilla que podían intentar entrar en la ciudad en una jornada festiva, pensando en una relajación de la seguridad que no se produjo. El helicóptero de la Guardia Civil sobrevoló la alambrada y finalmente las fuerzas de seguridad no tuvieron que actuar, porque no hubo intentona.
Al otro lado de la frontera también se notó la mayor seguridad, con decenas de agentes marroquíes preparados por si tenían que actuar. También con controles en cada palmo de Nador para evitar cualquier susto.
Al margen de la seguridad, Melilla ya se ha adentrado en un año 2016 que esperemos sea mejor que 2015, sobre todo en las cifras de paro. Son más de 12.000 los melillenses inscritos en las oficinas de SEPE-Inem que quieren trabajar y no encuentran empleo. Ahora que la economía está mejorando, confiamos en que esa mejoría se note en las cifras del paro y cada vez más melillenses salgan de esa lista de desempleados.
En este sentido, serán claves las políticas del Gobierno de la Nación, que es quien tiene la competencia de la generación de empleo. Sin embargo, hay incertidumbre en quiénes podrán estar en ese Ejecutivo central, después del resultado endiablado que arrojaron las elecciones generales de 20 de diciembre. Mucho está en juego y en este aspecto será clave la conformación de un Gabinete que dé seguridad a los mercados, genere confianza en los inversores y empresarios, y en definitiva repercuta positivamente en el conjunto de la población, con políticas razonables que creen trabajo y riqueza, lejos de experimentos que puedan dar al traste la senda de recuperación iniciada en estos años.
