Director: David O. Russell. Intérpretes: Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Édgar Ramírez
Joy es una versión libre de la vida de la inventora y estrella de la televisión Joy Mangano. Recorre cuatro décadas de la vida de una madre soltera convertida en magnate de los negocios, poniendo de manifiesto cómo la audacia, la capacidad de superación y la persistencia de visión pueden llevar a las personas desde la normalidad cotidiana hasta extraordinarios momentos de creación, esfuerzo y amor.
Joy formaba parte de una familia trabajadora, medio desestructurada, en la que llegó a convertirse, por derecho propio, en su resplandeciente matriarca y líder. Decidida a crear, pero también a cuidar de todos los que la rodean, Joy sufre deslealtades, traiciones, la pérdida de la inocencia y las cicatrices del amor, mientras encuentra la fortaleza y la seguridad necesarias para perseguir los sueños que lleva reprimiendo mucho tiempo. En la casa de Joy (Jennifer Lawrence), mejor dicho, en el sótano, viven su padre Rudy (Robert De Niro), propietario de clase trabajadora de un taller, con un temperamento aterrador, pero en el fondo con el corazón de un romántico sin remedio, y Tony (Édgar Ramírez), su exmarido, músico con apuros económicos, literalmente el hombre que está tras sus pies.
Los cimientos de Joy son su abuela Mimi (Diane Ladd), es su modelo a seguir cuando trata de sacar adelante a su familia como matriarca. Mimi nunca ve obstáculos insalvables para Joy, valora todo su potencial. Terry (Virginia Madsen), la madre de Joy, después de la soledad del divorcio, ha encontrado refugio en un mundo de telenovela en el que mandan las mujeres. El polo opuesto de Joy y rival por el poder familiar, es su hermana Peggy (Elisabeth Rohm), profundamente irritada por tener que vivir a la sombra de una hermana brillante. También casi forma parte de la familia Trudy (Isabella Rossellini), la mujer que le gusta a Rudy, una inmigrante italiana cuya herencia se convierte en la última esperanza de Joy para establecer su negocio de inventos.
Fuera de la familia, su mayor aliado -y después su mayor rival- es el ejecutivo de QVC Neil Walker (Bradley Cooper), ejecutivo de teletienda con aires de magnate, que tranquiliza a Joy con su exuberante amor por la invención y la anima a superar sus expectativas. La historia de Joy, con sus vaivenes y grandes sueños, llamó la atención del director y guionista David O. Russell, siempre atraído por esa mezcla. Russell vio en ella la eclosión de una mujer valiente e ingeniosa, así como la historia de alguien que se arriesga por cumplir sueños enterrados hace tiempo, sin perder nunca su sentido del deber para con su familia. Sobre todo, vio la oportunidad de contar una historia mucho más universal, que habla sobre la caleidoscópica naturaleza del esfuerzo humano y los múltiples y variopintos ingredientes que entran en juego en la creación de una vida feliz y satisfactoria, en medio de la comedia y tragedia de la condición humana.
Russell afirma: "La idea que me atrajo fue cómo contar la historia de una vida a lo largo de más de 40 años, desde la magia de la infancia, pasando por matrimonio, divorcio y maternidad en solitario, hasta regresar al cumplimiento de aquellos sueños infantiles. ¿Cómo cuentas la historia del espíritu de una persona; y cómo ese espíritu está compuesto por todas las personas que amamos, las ideas que tenemos, las cosas que apreciamos? Joy une todas esas piezas".
Russell también consideró Joy como la oportunidad de contar un tipo diferente de historia sobre la consecución de riqueza: la historia del surgimiento de una magnate de los negocios a partir de un mundo doméstico asociado a la clase trabajadora y, a menudo, todavía ignorado por la épica cinematográfica. "La mitad o algo más de la película está basada en Joy Mangano, y la otra mitad se basa en otras intrépidas mujeres sobre las que a lo largo de los años he oído hablar o he leído", explica Russell. "Eso incluye a Lillian Vernon, creadora de los primeros grandes catálogos de venta por correo para productos domésticos. Incluye también a otras muchas mujeres que he conocido, como algunas amigas de mi madre, que se atrevieron a crear empresas, que algunas tuvieron éxito y otras fracasaron. Me fascina esa clase de espíritu que conduce a alguien a iniciar una aventura empresarial fuera de su hogar e intentar abrir un nuevo camino tanto para ellas mismas como para sus familias. Por lo tanto, muchas mujeres a lo largo de la historia han creído que han llegado a un callejón sin salida y han tenido que crearse sus propias oportunidades".
Conforme se va desarrollando el guión, la historia se expande en numerosas direcciones, algo habitual en el cine de Russell, tocando ligeramente temas que abarcan desde la naturaleza de la creatividad hasta el quimérico mundo de la televisión y cómo ganar una guerra comercial. Tras conocer que la madre de Joy Mangano era fiel seguidora de las telenovelas, Russell descubrió en los culebrones un mecanismo de reflexión, un espejo de la concienciación de Joy de que podía romper las barreras de su vida y optar por un camino mucho más ambicioso y audaz. Otro hilo argumental es el crecimiento de las ventas por televisión, donde todas las reglas comerciales cambiaron radicalmente con la generación Kickstarter (plataforma líder de financiación colectiva o crowdfunding). "El canal de teletienda QVC fue un precursor de Internet", observa Russell. "Fue uno de los primeros sitios donde podías interactuar 24 horas al día ya que todo lo que tenías que hacer era simplemente marcar un número y los teléfonos siempre estaban atendidos".
David O. Russell ha sido nominado cinco veces al Oscar. Fue coguionista y director de "La gran estafa americana" (2013), que consiguió diez nominaciones al Oscar, incluida la de mejor película, mejor director, mejor guión original y a los actores en las cuatro categorías. La película ganó tres Globos de Oro, tres BAFTA y los premios a la mejor película, mejor guión y mejor actriz de reparto del Círculo de Críticos de Nueva York.
Su película anterior, "El lado bueno de las cosas" (2012) tuvo ocho nominaciones al Oscar, incluidas la de mejor película, mejor director, mejor guión adaptado y a los actores en las cuatro categorías, consiguiendo un premio para Jennifer Lawrence. También recibió cuatro nominaciones al Globo de Oro, cuatro Independent Spirit y un BAFTA al mejor guión adaptado. Su película "The Fighter" (2010), recibió siete nominaciones al Oscar, incluidas las de mejor película y mejor director, consiguiendo el Oscar para Christian Bale y Melissa Leo al mejor actor y mejor actriz de reparto, respectivamente.
Russell fue honrado recientemente por el hospital McLean por sus esfuerzos para mejorar la sensibilización ciudadana sobre problemas de salud mentales a través de su apoyo y su película del 2012 "El lado bueno de las cosas".
Conocido por su afición al diseño y a los escenarios imaginativos, David O. Russell ha utilizado en Joy sus tomas más estilizadas de la vida moderna que captan, no sólo el salón de la familia y el apelmazado garaje, sino también un universo de telenovela intensificado, una fábrica de sueños de televisión y la salvaje imaginación de una mujer a la que le encanta pensar soluciones ingeniosas a los problemas diarios.
Desde el principio, la idea era ver la vida contemporánea a través de la lente del cine clásico, dejando que los dos colisionaran. Para lograrlo, Russell ha contado por segunda vez con el director de fotografía Linus Sandgren, que también grabó "La gran estafa americana". Confiesan: "Tuvimos muchas influencias: la fotografía de William Eggleston, el primer gran fotógrafo en color de América, los cuadros de Edward Hopper y Andrew Wyeth, así como las películas clásicas de George Stevens y Frank Capra", afirma Russell. "Me interesaba ese tipo de espacio, profundidad y sombreado. Hicimos gran parte de la película con siluetas, que era algo nuevo para nosotros. Hay algo muy sugerente sobre las siluetas y la sombra: pueden llevarte al interior de una persona".
Uno de los escenarios más elaborados fue el de la telenovela ficticia que ve la madre de Joy y que, de vez en cuando, aparece en la pantalla y en los sueños de Joy, basado en una telenovela prime time de los años 80. También se recrearon los mundos internos y externos de QVC de los 90. Formado en 1986, el canal de cable era todavía un concepto nuevo cuando Joy Mangano llegó con su idea de la fregona milagrosa, pero estaba creciendo rápidamente para convertirse en una enorme empresa con ventas que superan los 8.000 millones de dólares. Su estudio, ubicado en Pensilvania, era su propia fusión de ventas y entretenimiento, lleno de escenarios de cocinas perfectas y salones, laboratorios de pruebas y equipos trabajando tras las cámaras para mantener el funcionamiento 24/7. Como extra, en la película también aparece Melissa Rivers haciendo de su madre Joan, una de las presentadoras más queridas y con mayores ventas de QVC, con más de 1.000 millones de dólares.
El resultado es una emotiva comedia humana sobre la ascensión de una mujer; abriéndose camino en el implacable mundo del comercio, el caos familiar y los misterios de la inspiración. En Joy, David O. Russell sigue el estilo marcado en sus anteriores películas, dando rienda suelta a múltiples personajes, cada cual necesario y casi imprescindible para redondear la historia que quiere contar.
De momento, Joy está nominada a los Globo de Oro en las categorías de mejor película y mejor actriz.
