La U.D. Melilla encajó su segunda derrota consecutiva y de nuevo en su estado, en esta ocasión ante el Algeciras C.F., que se impuso por 1-2 en un partido bastante cómodo para sus intereses. Los melillenses volvieron a defraudar al respetable, con una pésima imagen, el de un equipo sin alma y que incluso el cambio de entrenador no ha servido de revulsivo. La Unión Deportiva dio mucha pena y bastante tiene que trabajar Granero para cambiar la dinámica tan negativo de un equipo plano. Se anuncian refuerzos inminentes y esperamos que surtan efecto, aunque tiempo no hay apenas para intentar enderezar una nave que marcha caminito de la Tercera División, aunque de momento se ha convertido en el nuevo colista del Grupo IV. El Melilla no comenzó nada mal el partido, pues en los primeros diez minutos del primer tiempo llevó la iniciativa en el juego, aunque sin inquietar la meta rival, hasta que el Algeciras, en su primera aproximación sobre la meta melillense, acertó de pleno. Fue en el minuto once, como consecuencia de un saque de banda, la defensa local estuvo más que pasiva y allí apareció Cristo Díaz, libre de marca, para marcar de potente chut por la escuadra.
Con el 0-1, el Algeciras jugó bastante cómodo ante un Melilla con urgencias y muy presionado. Los gaditanos se mostraban seguros en defensa y los locales no llegaban con claridad. No obstante, en el 16′, Sufian desaprovechó una gran ocasión de gol, tras una jugada de Diego Cascón y Nacho Aznar, pero el remate del primero se marchó flojo para que el meta Josemi atajara el balón sin problemas.
La Unión Deportiva volvió a intentarlo en el 25′, en un contragolpe de David Vázquez que le robó el balón en el centro de campo a un contrario, se fue en velocidad y fue derribado al borde del área, aunque le dio dio tiempo a pasar el balón sobre Manolo, pero cuando el disparo de éste se colocaba por la escuadra apareció la manopla del portero para despejar el cuero en corto. El rechace lo recogió Sufian y remató a puerta, pero un defensor salvó el gol debajo de los palos, despejando el peligro.
Segundo tanto del Algeciras
El Algeciras hacía daño por las bandas y así llegó el 0-2, tras una falta de Sergio Díaz. La falta fue ejecutada por Cristo Díaz, pero Diego Cascón cometió un claro penalti, al empujar a Suso dentro del área. El colegiado señaló la máxima pena e Iván Iturillo marcó en el minuto 38, tras engañar al portero Dani Barrio de tiro raso, por la izquierda.
El Melilla lo intentó a la desesperada, con un gol que le metiera en el partido, pero el primer tiempo acabó con una jugada polémica, con un posible penalti del portero gaditano sobre el delantero Diego Cascón, pero el colegiado, encima de la jugada, no señaló nada.
Desastre en la segunda mitad
Si flojo fue el primer tiempo, peor fue la segunda mitad, con un Melilla sin actitud, sin ambición y sin juego. El Algeciras jugó de forma plácida, bastante cómodo, ante un rival que no le puso nunca en apuros y que fue un auténtico desastre en todas las acciones del juego.
El conjunto que dirige José Carlos Granero apostó por el juego directo, estrellándose una y otra vez ante su oponente. Los minutos pasaban y los locales no hicieron ni las ganas de comer.
Sólo al final despertó, pero fue bastante tarde, aunque los cambios dieron algo de frescura en ataque. Plata lo intentó en un par de acciones; la primera en el minuto 82, tras un saque de esquina que remató de cabeza flojo, a las manos del cancerbero, y en el 90’ dribló a un contrario, pero su disparo lo atajó el cancerbero.
Gol local en la prolongación
El Melilla acortó distancias en el minuto 92’30”, con un penalti por manos de un defensor gaditano. La máxima pena fue transformada por Diego Cascón, que tuvo la mala suerte de ser expulsado, tras ver la segunda amonestación en esta jugada, por quitarle el balón de las manos al cancerbero, cuando éste intentaba perder tiempo. Hasta en eso tiene mala suerte el cuadro local, y es que cuando las cosas van mal… Recuerden el refrán de a perro fleco todo se le vuelven pulgas. Pero lo peor de todo es el panorama tan desolador que se le presenta al cuadro melillense con esta dinámica tan negativa y las malas sensaciones que deja como equipo desde hace tiempo. Muchos ya piensan en lo peor y creen que sólo un milagro puede salvarle de la quema.
