José Carlos Granero, nuevo entrenador de la U.D. Melilla, tuvo que ver el partido desde uno de los palcos de tribuna, toda vez que el club no ha llegado aún a un acuerdo económico con el anterior entrenador, Fernando Currás. El preparador de los melillenes explicó que el partido fue un fiel reflejo de la dinámica en la que se encuentra cada equipo. “Si nos atenemos a las sensaciones, a lo que han aportado en el juego, ha sido bastante igualado y equilibrado. No han pasado muchas cosas, pero ha sido lo que esperaba. El Melilla se encuentra ahora mismo en una dinámica negativa y cualquier error te penaliza. El primer gol se debe contrarrestar y debía estar trabajado desde hace muchos meses. Ha sido un tanto muy fácil y el segundo que hemos encajado ya te condiciona”.
“En la segunda parte había que apelar otra vez al orgullo, a la tranquilidad, con un equipo tocado moralmente con el 0-2, cuando el contrario prácticamente había hecho nada. Ha habido pocos tiros a puerta por ambos equipos, pero debíamos buscar un gol para meternos en el partido y ha llegado muy tarde. Ha sido un quiero y no puedo y a veces puede ser, ansiedad, precipitación. Un poco sentido lógico del fútbol, que me ha llamado mucho la atención. Nos falta mucho, aunque sabíamos que iba a ser así, pero este es el reto. Hay que aceptar el resultado, mirar hacia adelante y saber que queda mucho. Hay que trabajar, trabajar y trabajar, no queda otra”.
Tras la derrota y por la forma en que se produjo, aseguró que sabía que el reto no iba ser fácil. “Sería ventajista por mi parte, pero yo asumí la responsabilidad de este cargo y sus consecuencias. Mi obligación es darle la vuelta y evidentemente he visto lo mismo que ha visto todo el mundo. Hay que darle la vuelta por completo, aunque hay cosas que me gustan y otras que no. Debemos cambiar esta dinámica y hay que salir rápido de esta inercia. Los jugadores quieren darle la vuelta a eta situación y yo les voy a ayudar”.
