Hace ya unos meses que el equipo de la ciudad está atravesando una situación complicada. Hay quienes dicen que la culpa es del presidente, Cristóbal Sánchez, otros dicen que del gerente, David Torices, pero de lo que estoy seguro es que la culpa no fue del ex entrenador, Fernando Currás.
No es normal que el club en el año 2014 presentase un déficit de 317.236 euros y que en 2015 sea de 1.076.155 euros, a pesar de que el club haya recibido 1.200.000 euros de la Ciudad Autónoma por clasificarse para Copa del Rey; y el que ha pagado el pato haya sido Fernando Currás. No voy a entrar en cuestiones personales sobre quién es el responsable, pero alguien debe dar explicaciones más allá de una Asamblea de socios.
A eso hay que añadirle el poco apoyo que el equipo está teniendo en la sociedad melillense. El pasado lunes día 11 pude oir en el programa 'Tertulia Deportiva', de la Cope, a un aficionado que entre lágrimas lamentaba la situación del equipo ante la pasividad de las instituciones y de la directiva.
Recuerdo hace unos años, cuando acudía a ver al Melilla, que disfrutaba y contemplaba cómo la sociedad melillense apoyaba y animaba al equipo poniendo dinero para viajar con el equipo por cualquier rincón de la Península. Pero ahora todo es diferente, voy al Álvarez Claro y no veo a ningún cargo orgánico de partidos políticos ni cargos institucionales de la ciudad a apoyar al equipo. Al único que he podido ver últimamente ha sido a Antonio Miranda, el resto en casa disfrutando del sueldo. Si esta situación hubiese estallado en plena campaña de las Elecciones Municipales estarían ahí todos apoyando.
¿Acaso que el Melilla siga en 2ªB no es beneficioso para la ciudad? A algunos se les olvida que si el club desciende a Tercera el Melilla desaparece.
Los nuevos fichajes del entrenador José Carlos Granero y los jugadores Sergio Díaz y David Cubillas tienen una gran misión: la de levantar el ánimo de los aficionados y lograr la ansiada salvación. Espero que todos respondan apoyando a la UD Melilla hasta final de temporada.
