Un 14 de enero de 2010 Oscar Giménez, un joven argentino reconvertido en melillense de adopción y corazón, salía del quirófano del Hospital Reina Sofía con unos pulmones nuevos gracias al altruismo de una familia que supo reponerse ante la pérdida de un ser querido y dar el permiso para que sus órganos pudieran dar vida a otras personas sentenciadas. Giménez asegura que no hay palabras para agradecer el regalo que recibió, pero no olvida "el infierno" de esos 16 meses de espera. Por ese motivo anima a los melillenses a ser solidarios, a que llegado el momento, no duden en donar sus órganos y permitir que otros hombres y mujeres puedan volver con sus familias. "Se cumple el sexto aniversario. Me trasplantaron el 14 de enero de 2010 en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, gracias al equipo de trasplantes del mejor neumólogo del mundo, el doctor Ángel Salvatierra. Ese día volví a nacer", afirma Oscar Giménez con la musicalidad de su acento argentino. Atrás quedaban 16 meses de agonía, "el infierno de esperar un trasplante que no llegaba". Asegura que en estos momentos, en los que la esperanza se escapa de las manos a cada hora que pasa, es fundamental que el apoyo psicológico y familiar. "La espera es cruel y triste y recuerdo que recibí muchísima ayuda por parte de mucha gente, además de mi familia, que hicieron posible que estuviera bien y es algo que agradezco de corazón", señala. Resulta complejo asimilar que tu vida depende "de que otra persona que no conoces pierda la suya, que el gesto supremo de una persona haga posible que yo tenga la oportunidad de volver a disfrutar de mi familia, de tener salud, y por eso mientras viva estaré agradecido a esa persona y a su familia que supo sobreponerse en ese momento de dolor y dar su consentimiento para que sus órganos fueran trasplantados a personas que, como yo, estábamos en espera". Oscar Giménez recibió los dos pulmones de una persona que, al parecer, era todo un deportista, porque "estaban perfectos", algo que contribuyó también al éxito del trasplante. No olvida tampoco a todos aquellos otros melillenses que como él, están a la espera de recibir un trasplante para seguir adelante, por lo que se ha convertido en todo un activista a favor de la donación de órganos.
Solidaridad
Señala que España sigue siendo "líder mundial en trasplantes y donación de órganos, y de hecho el número de personas trasplantadas aumentó en un 15% en 2015, pero en Melilla no hubo donaciones, por lo que insto a los ciudadanos a que piensen que donar un órgano es donar vida, que nadie está libre de caer enfermo y precisar un trasplante, por eso les animo a que se hagan donantes, como lo son mis hijos y mi ex mujer. Donar es una forma de agradecerle a la vida todo lo que nos da y yo estoy agradecido a la familia del donante, a mi familia, al Reina Sofía, al equipo médico y a la sociedad melillense por su cariño".
Apuntó que no hay que olvidar a esos melillenses que como él lo estuvo en su día, se encuentran en lista de espera para recibir un riñón, un corazón, o un hígado. Afirma además que los españoles "somos unos privilegiados porque contamos con el respaldo y la seriedad que nos ofrece la Seguridad Social, que va a cubrir el trasplante y la costosa medicación que vas a necesitar de por vida, que en mi caso son 1.200 euros al mes, y esto no ocurre por ejemplo en los Estados Unidos, el país que encabeza la lista del número de trasplantes, porque allí si no tienes dinero, no te puedes trasplantar". Así que en España, "al contrario que en otras partes del mundo, tienes la seguridad de que el órgano que recibes es fruto de una donación altruista y que vas a estar protegido y atendido todo el tiempo".
Seis años después de su intervención, la filosofía de vida de Oscar sigue siendo la misma: "vivir la vida, disfrutarla". Reconoce que "la vida no es fácil para nadie, tiene cosas buenas y no tan buenas, y cuando tengamos la oportunidad, disfrutemos de las cosas buenas como niños, y cuando lleguen las malas, que nos dejemos ayudar", manifiesta feliz.
