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La gran incertidumbre

Rajoy lo tiene cada vez más difícil ante la negativa rotunda y continuada del socialista Sánchez a concitar los dos grandes partidos del país bajo el, paraguas de un gran pacto de estado con un Gobierno estable, respaldado por Ciudadanos. En la década de los 70 eran Hemingway y Welles los que se peleaban por España según señala un artículo de Carlos Fresneda publicado por El Mundo. De hecho, en un guión inédito hallado en la Universidad de Michigan, el cineasta se mofa de la visión que tenía el Nobel de nuestro país y, en concreto del "entusiasmo machista" y de la visión de España de su "a veces amigo". El manuscrito ha sido revelado por primera vez por el académico australiano Matthew Asprey Gear, autor de At the End of the Street in the Shadow: Orson Welles and the City.

En el guión, fechado en 1973 y escrito junto con su compañera inseparable Oja Kodar, Orson Welles se inspira directamente en Hemingway para dar vida a un personaje llamado Jim Foster, que viaja por la piel de toro con su mujer española, Amparo, para ver una corrida. Por el camino se encuentran con un joven español que arremete contra Foster por su machismo y su misoginia, que flirtea con su esposa y se despide finalmente a la francesa, pinchándoles los neumáticos del coche. El guión desarrolla un extraño y ambiguo triángulo amoroso.

Pero la pelea por España de Hemingway y Welles no tiene mayor trascendencia de la que pudiera tener en los círculos cinematográficos y literarios de la época. Sin embargo, en la actualidad la pelea por España de mucho mayor repercusión para el futuro a corto, medio y largo plazo del país está protagonizada por dos grupos. El mayoritario, que defiende por encima de todo la Unidad de España, y el conformado por los independentistas. Aunque alguna formación política como el PSOE parece que está cayendo en el terreno de la ambigüedad, al anteponer su interés partidista sobre la unidad de España ante el desafío soberanista de Cataluña, que con tanta convicción defendía hace tan sólo unos días.

Habrá que esperar el desenlace de las negociaciones para establecer los posibles pactos de cara a la gobernabilidad del país. Unas negociaciones en las que el popular Mariano Rajoy lo tiene cada vez más difícil ante la negativa rotunda y continuada del socialista Pedro Sánchez, a concitar los dos grandes partidos del país bajo el paraguas de un gran pacto de estado con un Gobierno estable, respaldado por Ciudadanos, y similar al de algún que otro país europeo. Un líder el socialista empeñado en sacar adelante una alianza con Podemos y la posible unión de ciertos partidos independentistas. Por tanto, un panorama muy incierto que deberá resolverse en breve, ya que el Rey Felipe VI inició el lunes la ronda de consultas con los representantes de los partidos para proponer un candidato a la investidura del presidente de Gobierno. Y aunque la Constitución no marca un plazo concreto para que Felipe VI proponga un candidato, sí señala que el Congreso se disolverá y habrá nuevas elecciones si transcurren dos meses desde la primera votación de investidura si ningún aspirante ha logrado la confianza de la Cámara.

Pero los plazos se agotan y se abren todavía muchas posibilidades, y ninguna descartable como se ha visto en Cataluña, donde los independentistas alcanzaron un acuerdo justo el día antes de la disolución de la Cámara para evitar unas nuevas elecciones. Entre las opciones son muy numerosos los que apuestan porque Mariano Rajoy llegue a un acuerdo con el PSOE y Ciudadanos para configurar un Gobierno estable con un programa pactado entre las tres formaciones. Pero difícil lo está poniendo Sánchez, a pesar de las continuos esfuerzos de Rajoy en esa dirección. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Mientras tanto, seguiremos con la gran incertidumbre.

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