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Carta del Editor

El Frente Popular, la traca final del Régimen más estúpido

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Hoy millones de españoles se encuentran -nos encontramos- sin representación política. Hay un enorme espacio abierto para una, o varias, nuevas alternativas. Es hora de cambio y de esfuerzos individuales. España es un gran país, que puede dejar de serlo si la pasividad nos domina.

Recuerdo que Daniel Lacalle comentaba en uno de sus libros, Nosotros los mercados, que Ronald Reagan decía que las palabras más peligrosas del idioma inglés son: Hola, soy del gobierno y vengo a ayudar. También decía que eso de que la deuda de un país, la deuda pública, no tiene riesgo es una imbecilidad, puesto que es la deuda que más riesgo tiene, porque se paga con impuestos, recortes y menos crecimiento. Y añadía: la "dictadura" del mercado es un invento de países y entidades que han abusado del crédito fácil y barato y de la bonanza, y ahora quieren que siga la fiesta, sin pagar ni cambiar nada. Son sólo tres muestras de lo que nos espera, de lo que nos va a pasar si, como todo lo parece indicar, el Frente Popular gobierna en España dentro de unos días: gobierno continuamente "ayudando"; más deuda pública, luego más impuestos, más recortes (de los de verdad), más paro real; más Grecia (hasta que la CE nos ponga en nuestro sitio) y más Venezuela; menos libertad, hasta que la situación sea insoportable y la inmensa mayoría de los españoles no pueda aguantar más.

Nos encontramos ante, posiblemente, el último y más lamentable episodio del Régimen más estúpido de la historia de España, el Régimen del 78, como escriben Javier Benegas y Juan M. Blanco, que recuerdan la película de Groucho Marx "Sopa de Ganso", en la que Rufus Firefly (interpretado por Groucho) es nombrado presidente de la república de Libertonia. En su toma de posesión declara solemnemente: "No permitiré de ningún modo la corrupción… sin que yo reciba mi parte". Acto seguido nombra como ministro de la Guerra a un vendedor callejero de cacahuetes, que, casualmente, trabaja como espía para una potencia enemiga, Sylvania y que, al estallar la guerra y ante la falta de tiempo para cavar, pide que le sirvan trincheras prefabricadas, y al general que informa de un ataque de gases en su sector…le recomienda una cucharada de bicarbonato".

El principio que ha presidido nuestra política desde el 78 es, añaden Benegas y Blanco "crear un problema para justificar un incremento de la Administración y del presupuesto, con el que…aplicar la solución equivocada. El jactancioso consenso constitucional fue un cambalache en el que, entre otras cosas, se cedió a los nacionalistas la capacidad de actuar a discreción, dando alas al secesionismo. Hasta el concepto de España se convirtió en tabú, algo inédito en la historia de cualquier país mínimamente solvente. Un disparate de tal calibre que ni al propio Groucho se le ocurrió incorporarlo en su parodia de Libertonia. Ahora se intenta combatir el proceso secesionista con una cucharada de bicarbonato. En el Régimen actual no han surgido políticos de gran talla, sino mediocres sucedáneos sin carisma ni visión de futuro, auténticos zoquetes, vendedores de crecepelo, repetidores de consignas, sin una idea propia. Pablo Iglesias, Carolina Bescansa e Iñigo Errejón…no son la nueva política, sino la exacerbación de la existente, la traca final del viejo ciclo, no el inicio del nuevo".

Y concluyen que "la recuperación sólo puede venir a través del trabajo de las personas, no refugiándonos detrás de las decisiones políticas. Los políticos aplastan y destruyen algo precioso y vital en la nación: el espíritu individual"(la libertad individual, que es la única forma de libertad que realmente existe).

Fernando Sánchez Dragó, el domingo pasado en El Mundo, recomendaba "refundar" el PSOE, y añadía: "me parece algo necesario y creo que a ese partido no le cabe otra alternativa, aunque es muy difícil que los que viven de él lo permitan". Coincido con Sánchez Dragó y, dada la nefasta situación actual, creo que su recomendación debería aplicarse también al PP, aunque sea asimismo cierto que los muchos, muchísimos, que viven, directa o indirectamente, de ese partido no lo van a permitir.

Hoy millones de españoles se encuentran -nos encontramos- sin representación política. Hay un enorme espacio abierto para una, o varias, nuevas alternativas. Es hora de cambio y de esfuerzos individuales. España es un gran país, que puede dejar de serlo si la pasividad nos domina.

Nos debe servir de ejemplo lo que ha soportado y conseguido MELILLA HOY. Los últimos datos de visitantes de nuestra web en 2015, casi 4,7 millones, y nuestro mantenido e indiscutible liderazgo desde que nacimos, el 23 de abril de 1985, son, en estos tiempos tan difíciles, un impresionante logro, conseguido gracias a un extraordinario equipo humano, el formado por todos los que día a día hacen posible el milagro.

Posdata: Genial jugada de Mariano Rajoy, al desistir de presentar su candidatura a la presidencia. Es verdad que el incontinente Pedro Sánchez le proporcionó todas las pistas, con su indignación vociferada ante la posibilidad de que Rajoy renunciara a ser masacrado en el Congreso, pero no deja de ser una demostración más de que Mariano es muy bueno en las distancias cortas y cuando se trata de defenderse a sí mismo. Otra cosa es cuando se trata de gobernar en tiempos difíciles y de tomar decisiones arriesgadas.

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