En la noche de este viernes se han iniciado los trabajos de demolición de la que era la sede de la asociación de vecinos Casino del Real, que preside Juan José Pedreño. El presidente lamenta el derribo de la sede que cumple 98 años, y donde él en concreto lleva desde los 16.Por ello ve un "crimen" que acaben con estos años de historia para construir viviendas. El presidente de la asociación de vecinos Casino del Real, Juan José Pedreño, vive con pena cada una de las piedras que van cayendo de la que ha sido la sede durante 98 años de la entidad vecinal, y es que fue en la noche de este viernes cuando empezaron los trabajos de demolición del edificio en el que por ejemplo Pedreño ha estado desde los 16 años.
Actualmente la asociación está en una sede bastante reducida, según cuenta el presidente, en la calle Bilbao donde no pueden hacer las actividades que impulsaban anteriormente.
Pedreño ve un "crimen" esta demolición dado que desde la entidad vecinal sienten que no han sido consultados y que han sido ignorados en sus propuestas como la de que la administración local adquiriera el inmueble para establecer una Oficina de Atención al Ciudadano (OIAC), en concreto, la que está situada en la urbanización La Araucaria, con la que compartirían el edificio. El presidente de la entidad insiste en que había alternativas pero que nadie les ha consultado.
Pedreño recuerda como la sede de la entidad vecinal era antiguamente el centro neurálgico de ocio, ya que se llevaban a cabo teatros, bailes y concursos. Además, lamentan que hace dos años la propia asociación invirtiera para mejorar el local unos 50.000 euros para que posteriormente se decidiera demoler el edificio.
No obstante, el bar de la antigua sede es propiedad de la asociación, y por ello han llegado a un acuerdo con el nuevo propietario para que se haga una permuta y el Casino del Real pueda continuar su actividad en la futura entreplanta del edificio, en un plazo de unos ocho meses.
Miedo al relevo generacional
Aún así, los vecinos de la asociación Casino del Real no abandonan, y cuando vuelvan a la sede reactivarán las actividades que estaban llevando a cabo para llenar de vida el local.
Sin embargo, Pedreño teme al relevo generacional, ya que ve necesario la incorporación de jóvenes, como él en su momento, que cojan las riendas de la organización vecinal.
