Los temores a las réplicas provocaron incluso que decenas de melillenses durmieran al aire libre, lejos de las cuatro paredes de la casa Melilla se encuentra cerca de una zona muy sísmica como demuestra el hecho de que un total de 127 terremotos se han registrado en una serie sísmica al sur del mar de Alborán en las últimas semanas, en concreto, desde el pasado 12 de diciembre, muchos de ellos sentidos en nuestra ciudad. Sobre todo el que tuvo lugar el pasado jueves 21 de enero, cuando un temblor de fuerza 5.1 se percibió con fuerza en los hogares de nuestra ciudad a la hora del almuerzo, aproximadamente a las tres menos cuarto de la tarde. Pero si éste tuvo relevancia, el que se produjo ayer superó casi todos los cánones conocidos en Melilla, de hecho ha sido el segundo más fuerte en la historia de nuestra ciudad, después del vivido el 24 de febrero de 2004 con epicentro en Alhucemas, donde la tierra se movió con una magnitud de 6,5 grados. La sacudida de ayer ocurrió cuando practicante todos dormían, a las 05.22 horas, momento en el que un seísmo de fuerza 6,3 grados en la escala Richter despertó a prácticamente a todos los melillenses de sus camas. Con las lámparas y los muebles moviéndose, con artículos decorativos cayéndose al suelo, artículos de las estanterías de los supermercados desmoronándose, y en los peores casos con grietas en los edificios, caída de techos que obligaron a desalojar a once familias en distintos puntos de la ciudad o rotura de cristales de algunos vehículos, además de un apagón casi generalizado, todo contribuía a dar más oscuridad si cabe a una noche en muchos aspectos aciaga. Los temores a las réplicas provocaron incluso que decenas de melillenses durmieran al aire libre, lejos de las cuatro paredes de sus casas.
Por fortuna en Melilla no ha habido que lamentar ninguna víctima mortal -se contabilizaron 26 heridos leves-, algo que no pueden decir en Alhucemas, donde un chaval de 12 años falleció al sufrir primero un ataque de pánico y posteriormente un paro cardiaco cuando iba camino del hospital.
Por otro lado, hay que destacar en nuestra ciudad el funcionamiento de todos los servicios de emergencia (Bomberos, Sanidad y los distintas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado) que estuvieron a la altura de las circunstancias, atendiendo todas las emergencias en un día en el que hubo cerca de mil llamadas al servicio 112, y que no hicieron necesario que se desplazara a la ciudad la Unidad de Emergencias del Ejército, que se ofreció desde un primer momento para ayudar en lo que hiciese falta.
También hay que subrayar el respaldo de las altas instancias del Estado, desde el Rey Don Felipe, que llamó al presidente de la Ciudad Autónoma para interesarse por los efectos del terremoto en la ciudad y ofrecerse para lo que fuese necesario, hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pasando por el líder de la oposición Pedro Sánchez o el dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, además de las muestras de solidaridad mostradas por muchos españoles con sus comentarios a través de las redes sociales.
Esperemos que todo quede en este gran susto, con las consecuencias ya narradas, y todo regrese a la normalidad porque el pánico entre muchos es elevado porque el miedo es libre e muchas veces irracional.
