Las réplicas después de un fuerte terremoto como el que sufrió Melilla el lunes, son muy normales y hasta ahora ninguna ha provocado más consecuencias que los lógicos sustos Cuando el martes apenas hubo movimientos importantes a pesar de las numerosísimas réplicas que se han venido produciendo desde que el lunes a las 05.22 horas tuvo lugar el terremoto de magnitud 6,3 grados en la escala Richter, la psicosis inicial de muchos se fue diluyendo y ya nadie fue a los Pinos ni ningún otro sitio que se le parezca para pasar la noche al raso. Sin embargo, el miércoles, cuando todos aún dormían, la ciudad se despertaba con un temblor a las 07,32 horas de una gran fuerza, en concreto de 4,7 grados en la escala Richter con epicentro en el sur del Mar de Alborán. La réplica más fuerte de las más de 350 que se habían producido hasta entonces. Ello provocó un "aluvión" de llamadas de emergencia entre los melillenses, que en un porcentaje considerable de casos han optado por no llevar a los niños al colegio.
El nuevo temblor sirvió de "despertador" para muchos melillenses, una sacudida que provocó un ligero movimiento de elementos colgantes, como lámparas, y desde ese momento se produjeron muchas llamadas al servicio de emergencias del 112 para comunicar incidencias, aunque la gran mayoría para preguntar si abrían los colegios.
Los centros educativos, sin embargo, abrieron con normalidad aunque sigue habiendo padres que no llevan a sus hijos al colegio desde el lunes.
Por fortuna, el seísmo de este miércoles no ocasionó daños, a diferencia del de el lunes, que causó 26 heridos leves y daños materiales en viviendas, edificios, vehículos y otros materiales por valor de 11,9 millones de euros.
Las autoridades pidieron ayer tranquilidad a los melillenses y que sólo hicieran caso a fuentes oficiales por los bulos que se propagan por redes sociales por algunas personas que anuncian suspensiones de clase o prediciendo con horas concretas nuevos terremotos e incluso tsunamis, algo que es imposible.
En este sentido, hay comentar que el Instituto Geográfico Nacional (IGN) había registrado hasta el cierre de esta Redacción cerca de 90 movimientos sísmicos con una magnitud máxima de 3,6 y una mínima de 1,5 grados en la escala Richter después del de 4,7 que se produjo a las 07.32 horas del miércoles en el Mar de Alborán y que se percibió no sólo en Melilla, también en Málaga, Granada, Almería, Jaén y Sevilla, y en Marruecos en Nador y de forma especial en Alhucemas.
Esperemos que las réplicas vayan remitiendo, como señaló ayer el presidente Juan José Imbroda, quien indicó que especialistas en terremotos, tanto locales como llegados desde fuera de Melilla, le han comunicado que "no hay nada que indique que venga un terremoto mayor o igual al del lunes". En cualquier caso, las réplicas después de un fuerte terremoto, son muy normales y hasta ahora ninguna ha provocado más consecuencias que los lógicos sustos.
Mientras tanto, la maquinaria para arreglar los desperfectos y para indemnizar a las personas afectadas por el seísmo que causó 26 heridos leves y daños materiales están en marcha, como demostró ayer la oficina de damnificados abierta en Delegación.
