A pesar de la derrota, el decano ofreció unas grandes prestaciones en defensa durante los 50 minutos que duró la final. La actitud de los visitantes durante el enfrentamiento ahogó por momentos al conjunto que dirige Sergio García, incapaz de encontrar respuestas ofensivas y poder implantar su juego que es correr. Los melillenses dominaron el rebote defensivo (37-28) y no permitieron demasiadas segundas opciones a los jugadores palentinos. Lo más negativo del partido fue la actuación de Edu- Hernández Sonseca. El pívot no pudo en ningún momento con el estadounidense Lamont Barnes. Sonseca perdió los duelos en defensa y en ataque y, por momentos, se le vio muy desquiciado. No acabó el partido (jugó unos escasos 24 minutos) y solamente pudo anotar cinco puntos y capturar siete rebotes. Además, perdió tres balones. En el plano colectivo, a destacar las dieciséis pérdidas que cometieron los de Alejandro Alcoba.
El Melilla Baloncesto no pudo aprovechar anoche una ocasión de oro para volver con la Copa Princesa y de esta forma conseguir su cuarto título (fue campeón en 1999, 2001 y 2010).
Los de Alejandro Alcoba tuvieron dos bolas para ganar el partido, pero no estuvieron acertados y lo pagaron caro. Una al final del choque de Marcos Suka, que escupió el hierro, y otra de Pablo Almazán al final de la segunda prórroga, al que se le hizo de noche en la zona. El partido fue tan largo que los melillenses perdieron a dos hombres trascendentales en el momento final y que fue determinante para el desenlace final. Suka y Hernández-Sonseca vieron la quinta personal y el equipo se debilitó. A eso se le sumó el partidazo de un gran Dani Rodríguez, que vio el aro como una piscina para acribillar a los melillenses sin piedad. Al final, el base catalán fue elegido el mejor del encuentro (MVP) después de ser el máximo anotador.
El choque fue de mucho nerviosismo. Errores constantes en el tiro libre que evitaron que el duelo se rompiese por cualquiera de los dos lados. Empezó mejor el Palencia doblando balones hacia el norteamericano Lamont Barnes, que sacó del partido desde el principio al pívot Edu Hernández-Sonseca. Sin embargo, Alejandro Alcoba pronto se percató de los problemas del conjunto local para atacar las zonas. Y en efecto a los morados se les fue atragantando. El decano creció a partir de su defensa con un acertado Brandon Edwards en el perímetro (21-17).
En el segundo cuarto los visitantes disfrutaron de sus mejores minutos. Con un gran papel de los hermanos Almazán llevando a los exteriores de Palencia al poste bajo. A eso se unió que el segundo quinteto de los melillenses funcionó, mientras que en los palentinos el rendimiento fue muy pobre. Muchos minutos para el catalán Dani Pérez en un Palencia que no acababa de carburar (32-40).
Reacción local
En la segunda mitad el Quesos Cerrato reaccionó, siendo fiel a su ritmo. Así, los locales pudieron correr y sentirse más cómodo. El ataque en estático incomodaba a los de Sergio García hasta que Dani Rodríguez al alimón con el vasco Urko Otegui pusieron cuesta abajo la contienda. Sonseca volvía a perderse en el cara a cara con Barnes y estaba más enfrascado en las protestas que en poder romper la línea de flotación. Aún así, el equipo visitante llegó muy vivo al final y Suka tuvo dos tiros francos para llevarse el partido pero se encontró con el hierro (65-65).
El partido llegó a las dos prórrogas y ahí en plena ruleta rusa la moneda cayó cruz. En los primeros cinco minutos, el cuadro palentino se puso por delante en el marcador, con un parcial de salida de 4 a 2 (69-67). Sin embargo, Josep Franch logró equilibrar el electrónico (69-69) y poco después Héctor Manzano daba ventaja al decano. Dani Rodríguez volvió a tomar el mando del partido y anotó el 72 a 70 con un triple. La respuesta del Melilla fue un 0 a 4 que parecía ser decisiva a catorce segundos para la conclusión. Pablo Almazán no pudo definir la primera como sí lo hizo Dani Rodríguez anotando dos tiros libres y forzando el segundo tiempo extra (74-74).
En la segunda prórroga, el Palencia volvió a tomar el mando del luminoso con un parcial de 5 a 1 en el que Dani Rodríguez anotó un triple (79-75). Sin embargo, los de Alcoba no le perdieron la cara al partido y, a poco más de dos minutos para el término, mantenían sus opciones (80-78). A 44 segundos, una canasta de Edwards colocaba el 82 a 83 y la emoción en el ‘Marta Domínguez’. Otegui, con dos tiros libres, firmaba el 84 a 83, para posteriormente, a 29’’, Pablo Almazán volver a adelantar a los melillenses (84-85). Dani Rodríguez se sacó de la manga un triple ganador que rompió la ventaja visitante para darle la victoria a conjunto berciano (87-85). No obstante, y a pesar de todo, el Melilla Baloncesto volvió a tener la última para ganar, pero se topó con Urko Otegui que puso un tapón definitivo. El resultado final fue de 87-85, en un partido para el recuerdo y para la historia.
QUESOS CERRATO PALENCIA: Dani Rodríguez (30), Romà Bas, Marc Blanch (12), Urko Otegui (16), Lamont Barnes (8) -cinco inicial-, Dani Pérez (6), Mitch Mccarron, Joan Tomàs (5), Mike Fakuade (10) e Ike Okoye.
MELILLA BALONCESTO: Josep Franch (17), Marcos Suka (9), Pablo Almazán (20), Edu Hernández-Sonseca (5), Brandon Edwards (14) -cinco inicial-, Asier Zengotitabengoa (10), Jorge Sanz (4), Edu Gatell (3), Héctor Manzano (3) y Eloy Almazán.
