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Se cumplen diez años de la visita de Zapatero a Melilla

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Tal día como ayer, hace diez años, Melilla recibió la visita oficial del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Fue el 31 de enero de 2006, una visita histórica al ser el primer viaje oficial a Melilla por parte del jefe del Ejecutivo español después de más de un cuarto de siglo. Habían transcurrido 25 años y casi dos meses de la anterior visita oficial de un presidente del Gobierno a Melilla, cuando Adolfo Suárez se desplazó a nuestra ciudad el 6 de diciembre de 1980 y fue aclamado en sus calles por miles de melillenses. La visita de Zapatero es recordada por muchos ciudadanos porque fue entonces cuando anunció que el Gobierno construiría desde el año siguiente un nuevo hospital para Melilla. Una década después, esta promesa sigue sin materializarse. La visita de Zapatero tuvo una apretada agenda que compatibilizó la parte institucional con otra social que dio oportunidad al presidente del Gobierno a darse algún baño de multitudes entre los mayores en el centro de día del Imserso y los inmigrantes del CETI. Varias horas en Melilla que dejaron no pocas estampas curiosas de Zapatero, aunque la que más trascendió en la prensa nacional fue el recibimiento que cientos de subsaharianos le dieron en el CETI al grito de “papeles, papeles”, apenas tres meses después de que Melilla sufriera la crisis de las vallas de finales de 2005.

Zapatero llegó a Melilla acompañado de dos ministros de su Gobierno, el titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y la de Sanidad y Consumo, Elena Salgado. También vinieron varios secretarios de Estado, como la de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, que ya había viajado a Melilla anteriormente con motivo de los saltos masivos a la valla que se produjeron fundamentalmente en octubre de 2005.

El presidente del Gobierno fue recibido en el aeropuerto por quienes entonces eran las principales autoridades de Melilla, entre ellas Juan José Imbroda como presidente de la Ciudad Autónoma, José Fernández Chacón como delegado del Gobierno, y Francisco Fernández Sánchez como comandante general, que curiosamente fue cesado apenas un mes después de la visita de Zapatero por un acuerdo del Consejo de Ministros a propuesta del entonces ministro de Defensa, José Bono.

Su primera parada tras aterrizar en Melilla fue el Palacio de la Asamblea, en cuya entrada le esperaban varias decenas de ciudadanos con pancartas donde le daban la bienvenida y le agradecían su visita. En el interior se desarrolló todo el peso institucional del viaje del presidente del Gobierno, que fue recibido por Imbroda en su despacho. Minutos después, en el Salón Dorado, Zapatero saludó a todos los miembros del Gobierno local y la Asamblea, y firmó en el Libro de Oro con letras mayúsculas y buena caligrafía: “Para Melilla y sus ciudadanos, con cariño y lealtad”.

El anuncio del hospital
Fue entonces cuando ofreció un discurso en el que hizo públicos varios compromisos que fueron objeto de crítica en años posteriores por el Gobierno local debido a que no se materializaron o tardaron más de lo que había asegurado el presidente español.

El más importante fue el anuncio de que el Gobierno comenzaría a construir al año siguiente, en 2007, un nuevo hospital en Melilla con más de 200 camas y un presupuesto de más de 55 millones de euros que atendería tanto a la población civil como a la militar de nuestra ciudad. Zapatero señaló además que este centro sanitario, cuyo proyecto “se culminaría en 2006”, tendría una plantilla de “muy alta cualificación” y estaría dotado “de las tecnologías más avanzadas”.

Aquella promesa del 31 de enero de 2006 no se empezó a materializar hasta el 23 de noviembre de 2009, casi tres años más tarde, cuando la ministra de Sanidad, que entonces era Trinidad Jiménez, puso la primera piedra. Hoy, 1 de febrero de 2016, el hospital está a medio hacer, con las obras paralizadas por problemas administrativos, y constituye uno de los principales temas de discusión entre PP y PSOE.

Los otros compromisos
Pero el hospital no fue el único anuncio de Zapatero. También se comprometió a firmar un convenio en materia de carreteras para rehabilitar las vías estatales de Melilla, con una vigencia de cinco años y una inversión media anual de siete millones de euros, cuyo incumplimiento fue muy denunciado en años posteriores por la Ciudad Autónoma.

En cuanto al transporte marítimo, aseguró que el próximo contrato de servicio de navegación de interés público que conecta Málaga y Almería incluiría “más frecuencias, más calidad y un aumento del periodo de operación de la alta velocidad”.

En el discurso de Zapatero también apareció el compromiso de construir nuevos centros educativos en Melilla, concretamente un colegio, un instituto y la rehabilitación del antiguo Mercado Central para convertirlo en un Conservatorio de Música, una Escuela Oficial de Idiomas y un Centro de Educación de Adultos. Estas dos últimas promesas, al igual que el Hospital Universitario, no se han hecho aún realidad diez años después.

Zapatero anunció que el Gobierno aportaría 25 millones de euros para el sexenio 2007-13 para apoyar a Melilla tras su salida del Objetivo Uno e informó de que había aceptado la propuesta de Imbroda para “abordar conjuntamente la cesión de competencias en materia de servicios sociales para el desarrollo de capacidad de autogobierno” del Gobierno local. No fue ésta la única petición que Imbroda hizo a Zapatero, ya que también le solicitó una ampliación de la desaladora para garantizar el suministro de agua durante las 24 horas del día, lo cual también sigue pendiente.

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Redacción

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