La visita de José Luis Rodríguez Zapatero a Melilla el 31 de enero de 2006, al igual que la de los Reyes al año siguiente, fue considerada como una provocación al otro lado de la valla. El Gobierno de Marruecos reaccionó rechazando esta visita de Zapatero a Ceuta y Melilla y la calificó como “inoportuna”. Además, reivindicó la “marroquinidad” de ambas ciudades, según comunicó el ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno de Rabat, Nabil Benabdela.