El desplome del tabique de ladrillos era algo que, según algunos de los vecinos, se veía venir. Uno de ellos, el presidente de la comunidad de vecinos, Manuel Cuenca, que recordó ante los medios de comunicación y el propio consejero de Medio Ambiente que llevaba advirtiendo desde hacía mucho tiempo de la situación de ese local a su propietario. Así, explicó que ya le dijo que el muro estaba rajado y que denunció ante la Ciudad Autónoma que aquello no podía ser utilizado como garaje por el riesgo que corría el resto del edificio si alguno empezara a arder. “Parece que hay que venir con un lanzallamas y un carro de combate para que le hagan caso a uno en esta ciudad. Yo tengo todas mis denuncias hechas”, lamentó.