La valla fronteriza vivió ayer una madrugada intensa de presión migratoria después de varias semanas de relativa tranquilidad. Según informó la Delegación del Gobierno, un centenar de inmigrantes intentó saltar el perímetro fronterizo por la zona del Río de Oro. Parte de ellos incluso llegaron a tocar la valla y una decena se encaramaron en la zona alta hasta que finalmente “todos retornaron al interior de Marruecos”. Ninguno, por lo tanto, logró entrar en este intento, que se produjo dos meses después del último. El intento de entrada se produjo cerca de las seis de la mañana de ayer, y aunque la Delegación del Gobierno cuantifica en unos 100 los que trataron de entrar, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) elevó en Twitter a unos 150 los inmigrantes que protagonizaron el intento de entrada.
La presencia de los inmigrantes en las inmediaciones de la valla había sido detectada siete horas antes, cuando el helicóptero de la Guardia Civil empezó a sobrevolar el perímetro para hacer “una labor de diagnóstico y prevención” tras avistar a un grupo de subsaharianos que trataba de acercarse a la frontera en torno a las once de la noche del miércoles.
Como en otras ocasiones, el instituto armado reforzó su presencia a lo largo del perímetro fronterizo, que junto con la intervención de las fuerzas auxiliares marroquíes logró frustrar este nuevo intento de entrada, el primero de este año 2016. El anterior se produjo el 21 de noviembre, protagonizado también por unos 100 inmigrantes junto al paso fronterizo de Barrio Chino. De ellos, una treintena se quedó encaramada durante diez horas y hubo cuatro heridos, uno de los cuales terminó ingresado en la UCI por un traumatismo craneoencefálico del que recibió el alta hace alrededor de un mes.
Menos presión en la valla
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, se refirió a este último intento de entrada en una entrevista concedida a Onda Cero. Según dijo, la presión migratoria en la valla sigue existiendo, pero hay “una gran diferencia” respecto a la situación que había antes de que se modificara la Ley de Extranjería mediante una enmienda a la Ley de Seguridad Ciudadana, que entró en vigor el 1 de abril.
“Se ha notado un bajón tremendo”, dijo el delegado, convencido de que las mafias que trafican con inmigrantes son las que establecen los itinerarios que siguen los inmigrantes, que es lo que en definitiva hace que haya más o menos presión.
Sí apuntó, no obstante, su preocupación por el hecho de que siga habiendo entradas a Melilla por el método del doble fondo. “Es probablemente la parte que nos falta por conseguir mejorar y controlar”, dijo El Barkani, que apuntó a la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal como la causa del repunte de este método de entrada. No en vano, esta Ley plantea que la ayuda a un inmigrante no es delito, pero según El Barkani, introducir a inmigrantes en dobles fondos a Melilla no se puede considerar una ayuda porque “pone en riesgo la vida de personas y cobrando dinero por ello. Eso es tráfico de personas”. Asimismo, recordó que los que son detenidos con dobles fondos suelen ser ingresados en prisión provisional tras pasar a disposición judicial.
