Estaba la acusación particular presentando las conclusiones de la vista en la que se acusaba a un varón por un presunto delito de quebrantamiento de condena y amenazas contra su expareja, cuando se desmayó y tuvo que ser trasladado al ambulatorio por una ambulancia. Según declaró la expareja, el acusado a pesar de tener una orden de alejamiento desde diciembre, se habría trasladado hasta su domicilio amenazándola sino mantenía relaciones sexuales con ella. Triste final para un juicio apunto de concluir. El varón estaba acusado de presuntamente haber quebrantado una orden de alejamiento sentenciada el pasado mes de diciembre por malos tratos hacia su expareja. Sin embargo, durante la lectura de conclusiones por parte de la acusación particular el hombre perdió el conocimiento y se desplomó del 'banquillo' de los acusados.
Nada más ocurrir, se desplazó hasta la sala la médico forense, quien pudo constatar que tenía el pulso acelerado. No obstante, y a causa del estado en el que se encontraba de parálisis, se desplazó al lugar una ambulancia quien le midió las constantes vitales y pudo comprobar que, en principio, se encontraba en buen estado.
Sin embargo, el acusado aseguró encontrarse cansado para continuar con la vista, por lo que se suspendió y fue trasladado al ambulatorio para comprobar que se encontraba en perfecto estado de salud. Y es que si bien afirmaba que estaba siguiendo un tratamiento en prisión, por su estado y las dificultades con el idioma, no se pudo saber en el instante si padecía previamente de alguna enfermedad.
Quebrantamiento de condena
El acusado, que se encontraba hasta el momento de la vista detenido, presuntamente había quebrantado la condena impuesta en diciembre por la que no se podía acercar a su exmujer quien había recibido malos tratos por parte del acusado meses antes. Según contó la expareja, el exmarido le habría perseguido hasta su casa y le habría amenazado con rajarle la cara y secuestrar a su hijo pequeño sino mantenía relaciones sexuales con ella.
Por su parte, el acusado antes de lo sucedido, negó haberse desplazado hasta su domicilio ya que lo desconocía, dado que su exmujer se había mudado varios meses antes a vivir con sus hijos. Aún así, reconoció que previamente a la sentencia si que la había visto cuando iba a ver a sus hijos a la Gota de Leche, punto desde el que según la denunciante, le perseguía hasta su antigua casa. Sin embargo, por parte de la defensa, no comprendía como viviendo el acusado en Marruecos se trasladaba hasta su actual domicilio. Sin embargo, esto es lo que se pudo desprender de las preguntas que llevó a cabo al denunciante, dado que debido al suceso, la letrada no pudo llegar a leer sus conclusiones al final de la vista.
Aún así, fue aclaratoria para la fiscalía las declaraciones del agente de la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección (UPAP) quien aseguró recibir una llamada por parte de la mujer, en la que señalaba que el marido estaba golpeando la ventana para entrar a la casa y escuchar al fondo llorando a los hijos menores. Por ese motivo, la Fiscalía solicita un año de prisión para el acusado.
Por su parte, el letrado de la acusación particular indicó que el acusado no posee ningún empleo y lo que hace es trasladarse a Melilla y beber en los alrededores de la frontera, tal y como indicó uno de los agentes. Así, se respaldó en las declaraciones de la denunciante al indicar que las dos casas se encuentran en el mismo barrio, por lo que pudo estar en conocimiento del nuevo domicilio.
