Cuando apenas quedaba media hora para que se cumplieran cuatro semanas desde el terremoto de 6.3 grados del 25 de enero, la tierra volvió ayer a temblar con cierta intensidad al sur del Mar de Alborán. Una sacudida de 5.1 grados a las 4.46 horas se dejó notar con fuerza en Melilla y varias provincias andaluzas, reavivando los temores de buena parte de la población a la serie sísmica tan activa que se está dando desde hace varias semanas y que ha sobrepasado ya los 1.500 temblores en apenas un mes. Los daños esta vez fueron mucho menores que el 25 de enero, aunque obligaron a inspeccionar varios inmuebles y desalojar por prevención a dos familias cuyas casas ya estaban apuntaladas desde el anterior seísmo debido a los daños sufridos. El terremoto de ayer fue una especie de deja vu para los miles de melillenses y andaluces a los que el temblor de tierra volvió a sacar, literalmente, de sus camas cuando el reloj marcaba las 4.46 horas. Otra vez un lunes de madrugada, cuatro semanas después, y casi a la misma hora que entonces. Además, dos días antes del aniversario del fatídico terremoto de Alhucemas de 2004. Un cúmulo de coincidencias que alimentó el temor de los ciudadanos, además de las réplicas que le sucedieron poco después, que también fueron perceptibles, aunque en menor intensidad.
Todo ello empujó a algunos melillenses a salir a la calle buscando un lugar seguro fuera de sus edificios, iniciando la semana bastante antes de lo que hubieran deseado. Sin embargo, no fueron tantos los que dejaron sus casas como el 25 de enero, cuando el mayor tráfico en el paseo marítimo, el centro y la carretera hacia los Pinos llegó a dificultar el trabajo de los servicios de emergencia.
Además de la menor intensidad del temblor, también pudo influir el hecho de que los melillenses han aprendido en este último mes las recomendaciones para saber cómo actuar ante un temblor de tierra. Una de ellas, básica y muy repetida por los expertos, es que si el terremoto nos sorprende en una zona exterior, no se debe entrar a los edificios. Y si nos sorprende dentro de un inmueble, justo lo contrario: no salir para evitar los puntos más vulnerables, que son precisamente las entradas y salidas, y buscar refugio bajo las mesas o junto al mobiliario.
Esa indicación fue seguida por algunos de los melillenses y andaluces que relataron en las redes sociales que acababan de sentir el temblor. En Twitter, el terremoto se convirtió rápidamente en trendic topic, al igual que el 25 de enero, con el gran terremoto de 6.3 grados que causó numerosos daños materiales en Melilla. La mayoría de los usuarios que relataron el seísmo en 140 caracteres coincidió en las similitudes del terremoto de ayer con el de hacía cuatro semanas.
No obstante, las diferencias entre ambos seísmos eran bastante evidentes, sobre todo por la menor magnitud y duración que caracterizaron al terremoto de ayer. La sacudida, aunque notable, no fue tan fuerte como la de hace casi un mes. Y eso ayudó a que los daños fueran mucho menores que los del 25 de enero, aun cuando Melilla está resentida del anterior seísmo y con algunos de sus edificios afectados.
Muchas llamadas al 112
También hubo muchas menos llamadas a los servicios de emergencia que cuando se produjo el terremoto principal, aunque aún así fueron muy numerosas. Según informó a MELILLA HOY el consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González, el servicio de emergencias 112 derivó algunas de las llamadas al 061 para atender a los casos de personas que se vieron afectadas por cuadros de ansiedad. Tres, en total, tuvieron que ser trasladados en ambulancia a centros sanitarios para recibir asistencia.
Entre quienes llamaron, muchos querían información sobre si se habían suspendido las clases, tal y como pasó el 25 de enero.
También fueron derivadas a los Bomberos otra parte de las llamadas que ayer recibió el 112. El Servicio de Prevención y Extinción de Incendios no tuvo que reforzar el servicio establecido, pero sí realizó varias inspecciones de edificios junto con los técnicos de la Ciudad Autónoma, además de labores de saneamiento en algunos que sufrieron algunos daños.
Fue el caso del Casino Militar, que se llevó probablemente la peor parte ayer con la caída de elementos ornamentales de su fachada principal. Asimismo, hubo inmuebles afectados en la calle Ejército Español, en una guardería de la Carretera Alfonso XIII, en una balconada de Acera Negrete y los edificios de Alvaro de Bazán y Averroes, donde también cayeron algunos cascotes.
Los servicios técnicos, a disposición de los melillenses
En la calle General Prim, se procedió al desalojo preventivo de dos viviendas porque el techo estaba “un poco inestable” y en ellas había niños. La Consejería de Bienestar Social realojó a estas dos estas familias en hoteles, situación en la que se encuentran actualmente 28 familias desde el terremoto principal del 25 de enero.
Hay que recordar que tras aquel seísmo fueron desalojadas unas 160 personas, que formaban parte de 43 familias, por los daños que sufrieron 24 edificios. De ellos, 7 pudieron volver a ser realojados en los días posteriores, quedando algo más de 80 personas sin poder hacerlo a corto plazo debido a que los daños en sus viviendas eran de mayor consideración.
Conesa aseguró que los servicios técnicos de la Ciudad Autónoma y otros externos que se puedan contratar al efecto volverán a revisar los inmuebles por si se hubiera producido un agravamiento de la situación, de modo que están “a la entera disposición” de los ciudadanos.
En cualquier caso, el Gobierno melillense no cree que se hayan incrementado los daños respecto a la valoración inicial del terremoto del 25 de enero, que los cuantificaba en 11,9 millones de euros, que fue la cantidad que la Ciudad Autónoma ha reclamado al Gobierno central en el protocolo de colaboración que deben firmar para cubrir los daños.
