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Un trabajador del CETI de Melilla, acusado de acoso sexual y maltrato a refugiados

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Un trabajador del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, dependiente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, ha sido suspendido de empleo y sueldo por este organismo tras ser denunciado por acosar sexualmente y maltratar a migrantes y refugiados residentes en estas instalaciones. El antecedente de todo ello es una denuncia que presenta un joven sirio de unos 18 años al director del centro de acogida, que relata los tocamientos a los que fue objeto, indica, por parte del trabajador hoy sancionado. Según la información que avanza la Cadena SER y que ha confirmado el Ministerio de Empleo, la primera queja contra el funcionario público se puso en conocimiento del director del CETI el 5 de octubre de 2015, cuando 78 internos presentaron un escrito denunciando prácticas abusivas de este asistente social.

Constan asimismo dos casos de jóvenes sirios que refirieron haber sufrido tocamientos por parte del asistente social que, a cambio, les ofrecía agilizar los trámites para conseguir la 'tarjeta verde' el documento necesario para que los refugiados residentes en el CETI, donde pueden permanecer durante meses, puedan cruzar a la Península y entrar en el programa estatal de acogida e integración.

Con celeridad
El Ministerio de Empleo asegura que se ha actuado con celeridad en este caso y explica que tras abrir un procedimiento interno que se ha saldado con la suspensión de empleo y sueldo del asistente social, se ha dado traslado a la Fiscalía de Melilla "ante la gravedad de los hechos". En concreto, el departamento que dirige Fátima Báñez explica que después de que el director del CETI recibiese la queja, el 5 de octubre, se dio traslado a la Secretaría General de Inmigración y Emigración y desde allí a Inspección de Servicios, que abrió una investigación ocho días después.

El 19 de octubre la Secretaría envió dos inspectores a Melilla que se entrevistaron tanto con el asistente social acusado como con los refugiados y migrantes que le señalaban, el resto del personal del centro, su director y miembros de entidades que prestan servicio en estas instalaciones públicas (Cruz Roja, ACNUR y ACCEM) y otros residentes. Finalizada esta primera fase el 23 de octubre, se analizó la información y el 11 de noviembre se decidió incoar expediente sancionador contra ese funcionario acusado de "una infracción muy grave" y otra "de carácter grave", conforme explican fuentes del Ministerio de Empleo.

Los días 26 y 27 de noviembre los dos inspectores volvieron al CETI y de nuevo, se entrevistaron con denunciantes y posibles testigos y el 10 de diciembre dieron traslado del expediente a la Fiscalía de Melilla, que está ahora a cargo de la investigación de los ilícitos penales en que pudiera haber incurrido el asistente social.

El procedimiento administrativo iniciado en el Ministerio de Empleo conlleva en principio la suspensión de empleo y sueldo por seis meses, que es lo que suele durar la tramitación de un expediente sancionador. No obstante, según las mismas fuentes, al estar ahora el caso en manos de la Fiscalía se ha abierto la vía penal por lo que la vía de sanción administrativa queda en suspenso hasta que sea un juez quien se pronuncie.

En cuanto al trabajador, si bien está suspendido, ha regresado en varias ocasiones al CETI para recoger su documentación y tener acceso a su expediente a fin de poder ejercer su derecho de recurso. Según las fuentes consultadas en esta instalación, su entrada se ha producido en compañía de otro personal y sólo con estos fines administrativos relacionados con el procedimiento.

Quejas de los compañeros
La Cadena Ser habla de que un segundo joven también fue objeto de insinuaciones y tocamientos, pero que no se atrevió a denunciar sino semanas después, y tanto él como algunos de los que firmaron la queja conjunta, recibieron presiones para que desistieran en sus pretensiones. La emisora señala además que entre los testimonios recabados por la Inspección de Servicio del Ministerio hay compañeros del investigado que califican su actitud de "mala" con los refugiados, que les grita expresiones como " que te follen" , y que dan verosimilitud a las denuncias contra ese trabajador "en base a que se tomaba demasiada confianza con algunos residentes" y también señala que ha escuchado "rumores de que si el residente accedía a tener relaciones sexuales con el señalado se aceleraban los trámites para salir a la península" un aspecto clave que señalan los denunciantes, ya que el sistema de traslados es tan arbitrario que según fuentes jurídicas " no hay ningún tipo de control y supervisión de esos traslados y muchas veces los funcionarios los usan diciendo a los internos que se tienen que portar bien si quieren salir antes del centro hacia la península" señala aludiendo a una fuente que trabajó durante años en el CETI de Melilla.

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Redacción

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