Desde el pasado día 21 de enero se vienen sucediendo una serie de terremotos de magnitudes importantes en el Mar de Alborán. Los mayores, medidos según al Escala de Richter (orden de magnitud con el que se asigna un número para cuantificar la energía liberada en un terremoto y que se utiliza para evaluar y comparar la intensidad de los terremotos), se produjeron el 21 de enero (M5,1), seguido de numerosas réplicas, y el 25 de enero, de M6,3, siendo el de mayor magnitud en esta zona. ¿Por qué están teniendo lugar estos terremotos en el Mar de Alborán?
En el Mar de Alborán, situado en la parte más occidental del Mediterráneo, se encuentran las placas tectónicas Euroasiática y Africana. En él hay un importante sistemas de fallas activas que se desplaza en sentido norte a una velocidad de entre 4 y 10 mm al año, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), lo que ocasiona los seísmos en la zona. Si comparamos el ritmo de desplazamientos en relación a otras zonas de falla como la Placa Nazca en la costa chilena, cuya velocidad de desplazamiento supera los 100 milímetros al año, la del Mar de Alborán es muy lenta.
Debido a la estructura geológica de la zona, durante millones de años el roce entre ambas placas ha producido la fractura y el hundimiento de la africana bajo la euroasiática, siendo el avance en sentido sur. Los últimos estudios indican que este fenómeno se ha detenido y el sentido de avance invertido, siendo ahora en sentido norte dada la mayor presión de la placa africana sobre la euroasiática. Los datos que aporta el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de esta zona indican una gran actividad sísmica, produciéndose varios miles de terremotos anuales, la mayoría de baja intensidad.
Los epicentros de estos terremotos se sitúan en el Mar de Alborán, y sus réplicas suelen tener lugar más cerca de la costa. El que se hayan sentido en lugares alejados como Melilla (con gran intensidad), Málaga, Almería y zonas de Granada, es por el "efecto dominó" que produce el movimiento de esa falla sobre las adyacentes.
Las réplicas han sido numerosas aunque de menor magnitud debido a la relajación del terreno por la pausada liberación de energía, produciéndose más de 1.700 en menos de un mes, aunque no hayan sido sentidas. Esta cifra nos puede resultar sorprendente y crear alarmismo, pero debemos tener en cuenta que estos temblores son frecuentes al ser una zona sísmica activa. Que se produzcan terremotos de mayor magnitud no implica que hayan daños estructurales y humanos ya que también influyen la profundidad, la distancia del epicentro y otros datos geológicos y geográficos.
No se puede descartar que hayan más terremotos, ya que no se pueden predecir, aunque gracias a los estudios realizados es posible estimar el lugar y la intensidad con que pueden producirse. Los geólogos siguen analizando datos de esta zona y estudiando la evolución de los sismos, y recalcan que dentro de la calma y sin querer alarmar hay que "tomarse en serio el riesgo sísmico".
Por todo ello, en la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias queremos hacer un llamamiento a la calma y a la responsabilidad. Los datos que hemos expuesto dejan patente el desconocimiento que existía sobre la gran actividad sísmica en el Mar de Alborán, pudiendo producir en ciertas ocasiones situaciones de alarma.
Apostamos, por un lado, por la información rigurosa a la población sobre como actuar en caso de terremotos. Por otro, continuamos con la formación, entrenamiento y capacitación de nuestro Grupo Especial de Localización y Rescate, apoyándonos en nuestra gran especialización y experiencia en este tipo de eventos, nuestra colaboración con las autoridades competentes y nuestro compromiso de estar preparados para responder a cualquier circunstancia que estos sismos pudieran ocasionar, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras.
Fuentes: IGN, IGA, CSIC, USGS.
IMAGEN 1: Mapa Peligrosidad Sísmica, IGN.
IMAGEN 2: Mapa de las principales fallas del Mar de Alborán, Instituto de Ciencias del Mar CSIC.
