Un varón ha sido acusado este lunes de un presunto delito contra la salud pública, tras supuestamente ser sorprendido por la policía intentando vender a otro en la zona de García Cabrelles, un "punto negro" del menudeo de drogas, según afirmaron los agentes durante la vista. Así, aseguraron encontrarle 39 cigarros de kifi en el bolsillo del pantalón y dinero fraccionado. La defensa asegura que no ha podido ser acreditado que se tratara de una venta. Una varón de unos 47 años ha sido acusado de un presunto delito contra la salud pública tras ser sorprendido en la zona de García Cabrelles, intentando supuestamente vender kifi a otro individuo que también declaró como testigo y que negó que le estuviera vendiendo.
Durante la vista, uno de los tres agentes que testificó, aseguró que se encontraban patrullando por la zona del Rastro en García Cabrelles, cuando vieron a dos individuos, que tras percatarse de la presencia de los agentes, uno de ellos el acusado, se puso en una "actitud evasiva".
Al ser un "punto negro" del menudeo de estupefacientes, los agentes identificaron a ambos delante de la mezquita, y mientras que a uno le encontraron dos cigarros de kifi, a otro le encontraron 39 cigarros de la misma droga y dinero fraccionado.
Los agentes negaron los hechos que declaró el acusado de que los policías se lo hubieran encontrado en el suelo, toda vez, que la identificación y requiso de la droga hubiera sido delante del supermercado Día que hay en la zona. Así, uno de los agentes aseguró a preguntas de la defensa sobre porque no reflejaron en el atestado que fuera una venta, que por la experiencia, la zona y la actitud al ver a los agentes, pueden señalar que se trataba de una venta.
Por otro lado, el que supuestamente compraba los estupefacientes que declaró como testigo, negó que le estuviera vendiendo, y aseguró que era un primo suyo de Farhana a quien debía cinco euros. Así, defendió que el acusado "no vende, aunque sí fuma". Entre las palabras que pudo formular, el testigo aseguró que además él no estaba comprando ya que él "lleva tres años quitado de la heroína", toda vez que sostuvo que todo ha sido un "malentendido".
El acusado, en sede judicial, negó los hechos, tal y como se desprendió de la declaración en sede judicial, donde negó que la droga fuera suya, toda vez, que solo llevaba nueve euros en dirhams.
Finalmente, mientras que la defensa pidió la absolución, dado que consideraba que no había pruebas que acreditasen dicha venta, la fiscalía pide por el delito contra la salud pública un año y medio de prisión tras la declaración de los tres agentes.
