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BALONCESTO - LEB ORO

Josep Franch: en busca de la felicidad

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(Autor: CMB)

Nacido en Badalona y formado en una de las mejores canteras de Europa como la del Joventut. Franch se crió y se formó desde el baloncesto. “Nacer en Badalona medio te obliga. Se dice que la gente nace chutando un balón y allí lo hacen botando. Desde pequeño, cuando iba al colegio, tenia la ilusión de que llegara el fin de semana y poder ir al campo a ver jugar a la Penya. En el momento en el que me llamaron para ir a la cantera, fui con una ilusión enorme. Ir superando las etapas y encontrarte con opciones de poder estar en el primer equipo fue un sueño hecho realidad”.

El base del Melilla Baloncesto, Josep Franch, atraviesa uno de sus mejores momentos desde su llegada a Melilla, este pasado verano.
En el reportaje que publica la web del decano se descubre a una persona que tuvo madurar en poco tiempo, pero que ha encontrado en el baloncesto y en su vida personal, el equilibrio perfecto para ser feliz.
Tras despuntar en la ACB con el Joventut, con el que ganó la ULEB Cup, y el Campeonato de Europa Sub-20 con la Selección Española, se encontró en la tesitura de tener que abandonar Badalona. “Terminé contrato en Badalona y el club estaba en un momento complicado, debido a una fuerte crisis económica, por lo que no sabían si podían ofrecerme un contrato. Entonces decidí tomar la decisión de mirar otras alternativas y la de Murcia me pareció en su momento la mejor para mí”.
Rifado por los grandes clubes de España, Franch decidió enrolarse en el UCAM Murcia, que iniciaba una nueva etapa en ACB, tras ascender esa temporada de la LEB Oro. Un cambio que no fue nada fácil para FRanch. “Es duro mentalmente estar en un equipo y en una situación como la que estaba en Murcia, especialmente cuando eres joven y acabas de salir de casa, como era mi caso. El inicio fue complicado, pues considero que estaba jugando bien, salir de casa no es nada fácil, y a mi me costó bastante en lo personal”.
Pero ese cambio también sirvió para madurar y conocer una de sus grandes pasiones, la cocina. “Al principio tiraba de pasta y pollo a la plancha, pero con el paso del tiempo he ido aprendiendo cosas, incluso de compañeros que me han enseñado algunos platos”.
Ahora ya domina los fogones a la perfección y, como todo gran chef, tiene su plato estrella. “El año pasado coincidí con Rafa Huertas en San Sebastián y me enseño un plato que está gustando bastante entre los compañeros del equipo, las alitas a la salsa de Coca Cola”.
Sin duda, Franch vive un momento dulce en la cancha, algo que, apuntó, se debe a su cambio de mentalidad. Un proceso lento y complicado, pero que parece que comienza a dar sus frutos. “Creo que estoy siendo feliz. En un principio estaba estresado y me preocupaba en exceso si perdíamos e incluso en muchas ocasiones no comía al día siguiente. No quiero que se entienda mal, pero creo que me lo tomaba todo “demasiado en serio”. Ahora aprendió a relativizar, dentro de la importancia que tiene el baloncesto, pero sabiendo que no es lo único en esta vida. “Esto me permite poder tener otra vida más allá del baloncesto, porque, al final, es eso lo que enriquece a la persona”.
“Cuando las cosas van bien fuera, en la cancha se nota después. Estoy jugado con alegría, mucho más suelto y ayudando más al equipo. Ojala pueda tener otro año como este, porque lo estoy disfrutando”, concluyó el jugador que parece haber encontrado en el Melilla Baloncesto el equilibrio perfecto.

Compagina estudio y trabajo

Franch compagina su carrera profesional con los estudios. El jugador explicó que, desde siempre, sus padres le insistieron en que su formación no solo debe ser baloncestística, sino que la intelectual también es muy importante. “Desde pequeño siempre me insistieron en que los valores que te da el baloncesto son muy importantes, pero hay que tener algo detrás, porque el baloncesto se puede acabar en cualquier momento, en cambio los estudios siempre están ahí”.
Por este motivo, desde hace tres años cursa la carrera de psicología. “Me decidí por psicología porque era una carrera que siempre me había llamado la atención y, además, porque creo que tiene cierta aplicabilidad al deporte”.
Aunque reconoce, que nunca es fácil compaginar estudios y baloncesto, y por ello aprovecha cualquier momento para sumergirse en los apuntes. “Llegas cansado de entrenar y entre entrenamiento y entrenamiento tienes un par de horas que hay aprovecharlas. En los viajes también intento sacar tiempo y aprovecho que Asier Zengotitabengoa también está estudiando para mirar los apuntes con él e intentar sacar la carrera adelante”.

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Enrique Azaustre

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