Una familia, cuyos padres M.H. y N.E.X. y sus seis hijos menores han estado viviendo en la ciudad durante ocho años, han sido expulsados de su vivienda en el Monte de María Cristina tras declararse en ruina y haber recibido una notificación de que el lunes 21 de marzo debían abandonar la casa. En la noche del jueves los seis niños y los padres tuvieron que dormir en la calle, por lo que piden que al menos les dejen un techo hasta inicios del mes, ya que con ayuda de asociaciones podrán pagar el primer mes y la fianza de un piso. M.H. y N.E.X, y sus ocho hijos ya han tenido que pasar la primera noche en la calle. Ambos siguen tramitando el permiso de residencia en la ciudad, aunque tres de sus hijos hayan nacido en España dos en Málaga y uno en Melilla. El resto han nacido en Marruecos pero llevan viviendo gran parte de su vida en diferentes puntos de España.
Según la documentación que mostró la familia a este diario, ya se la habrían negado en una ocasión. No obstante, siguen esperando una respuesta a la alegación que llevaron a cabo y es que la familia cuenta con informe de arraigo en la ciudad, en la que desde hace 8 años el padre de familia M.H. lleva trabajando en la hostelería y N.E.X. como empleada del hogar.
Además, han estado viviendo en diferentes barrio de la Ciudad hasta que en la vivienda situada en el Monte María Cristina, en mayo de 2015, le notificaron que la vivienda estaba en ruinas, aún así, y sin ninguna alternativa habitacional continuaron en la vivienda, hasta el terremoto del pasado de 25 de enero cuando la dejaron durante unos días, dado el empeoramiento que había sufrido el inmueble. Asimismo, tras dos días en el albergue les dijeron que se tenían que marchar, dado que no tenían aún el permiso de residencia por lo que no podían quedarse. Este es el argumento, que según M.H. le ha dado Bienestar Social para poder ayudarle.
Además, a pesar de haber pagado hasta mayo de 2015 todos los pagos del alquiler, la casera que vive fuera de Melilla, les reclama el pago de la vivienda que cada vez sufría más desperfectos, desde mayo de 2015, hasta ahora cuando recibieron la notificación de que debían abandonar la vivienda el próximo lunes 21 de marzo.
Desde hace dos años no han encontrado un empleo, por lo que con ayuda de organizaciones como el Centro María Inmaculada a donde van a estudiar varios de los niños, Caritas y el Banco de Alimentos, han podido tirar hacia delante.
Ahora solo piden, un espacio donde dormir, y es que con ayuda de compañeros y asociaciones podrán pagar el alquiler de una vivienda, aunque no podrán entrar hasta a inicios de mes.
